Vivir Para Servir

Frase que ha llevado a preguntarme: ¿Qué es lo realmente indispensable para ser feliz y construir un mundo mejor?\n\nMi respuesta es realmente sencilla: aclimatar y hacer reales los sentimientos de igualdad y de comunidad, en una palabra, saber vivir el evangelio tan sencillo y tan práctico que Jesús con su misma vida nos enseñó. Si somos conscientes de la posibilidad de vivir principios de equidad, habría en el mundo de hoy comprensión, respeto, justicia y fraternidad, sobre todo en aquellos momentos donde el hombre debe mostrarse como una persona que debe servir de todo corazón a los demás. Debemos servir como Dios nos enseñó; quien en la vida no ha sentido la necesidad de servicio no ha experimentado nunca la felicidad que produce el poder vivir, ayudando a los demás, comprendiendo y aceptando que nuestras diferencias no se deben a malas intenciones, ni a desigualdades de naturaleza y dignidad, sino a la circunstancias de nuestro nacer, vivir y acontecer. \n\nCuantas veces hemos lanzado comentarios a las personas que nos rodean por un simple y sencillo comportamiento que han tenido, sin detenernos a profundizar y a conocer porqué esa persona obró en ese preciso momento de esa forma. Nos rodeamos a veces de “aureolas” de superioridad o de arrogancia para determinar y condenar la manera de obrar del prójimo; sentimiento de superioridad que nos lleva a mostrar el dominio, la prepotencia, el desprecio y falta de respeto a los demás, en sus ideas, valores y comportamientos. Estamos acostumbrados a dividir los seres humanos en dos grupos: los buenos y los malos (naturalmente nosotros somos los buenos) ; somos sencillamente diferentes.\n\nSi somos verdaderamente cristianos debemos vivir en cada momento ese sentimiento de igualdad de comunidad, que nos invita al Amor, a la solidaridad y a la colaboración.\n\nLa concepción de que todos los seres formamos una indisoluble comunidad cristiana nos lleva a comprometernos en esa misión que Cristo nos dejó en sus enseñanzas evangélicas, mostrándonos un mundo para vivir en armonía y por ende construir armonía, para que la vida unida a Dios se manifieste a plenitud en nosotros y con nuestro prójimo.\n\nA cada cual Dios le otorga una original partitura para tocar y le pide que no se desafine en la sinfonía del amor que interpretamos.\n\nTodo aquello que digamos, hagamos, dejemos de decir, o de hacer, tiene una repercusión en la Iglesia que formamos como comunidad cristiana, donde cada uno de nosotros tiene carácter y resonancia en la medida que sirvamos al prójimo de todo corazón, siguiendo el ejemplo del Ser que nos enseñó a servir y ser humildes: Jesucristo (ver Juan 13:13-15).'
Scroll to Top