Estoy Agotado, ¿Qué Hago Para Ganar Fuerzas?

“...fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo” (Efesios 6:10-11)\n\nCansado, agotado, desanimado, desalentado, decepcionado, frustrado... ¿te son familiares estos adjetivos? Esto es por lo que pasamos en algún momento la mayoría de los líderes. El ministerio con los jóvenes, no es un asunto sencillo, requiere de esfuerzo y entusiasmo para realizarlo, requiere entrega, amor por los jóvenes. \n\nEs una realidad que todos los cristianos tienen luchas, tentaciones, confrontaciones, pero en nuestra sociedad los jóvenes son el centro de atención para los medios de comunicación y las grandes compañías. Por supuesto los mensajes que recibe, en cuanto a estilo de vida y valores no son los más positivos, sin embargo son presentados de manera muy atrayente. Es así como los jóvenes están creciendo en un ambiente cada vez más influenciado por los valores de la sociedad, que lamentablemente no siempre son contrarrestados por los valores que la familia o la iglesia les ha enseñado. \n\nUna tarea de los líderes es luchar por atraer la atención de los jóvenes a Dios, hacerles descubrir que la relación con Él es motivo de alegría y plenitud para sus vidas, pero ante el panorama descrito no es una tarea fácil. ¿En cuantas ocasiones has preparado con esmero una actividad para tu grupo sin lograr los resultados que esperabas? ¿Cómo te ha hecho sentir su falta de respuesta al servicio o compromiso con el grupo? Piensa cuando te has sentido frustrado porque la enseñanza impartida en las reuniones no se refleja en sus actitudes y acciones... sin duda podemos pensar en muchas situaciones semejantes y en los efectos que han causado en nosotros como líderes. Pero la acción a seguir una vez que las estamos enfrentando no es desmayar ni renunciar, sino esforzarse y seguir adelante. Seguro, esta es la acción correcta pero, ¿cómo llevarla a cabo? \n\nUna ilustración muy comúnmente usada es pensar en un soldado que va al campo de batalla sin un arma para defenderse, a todos nos parece ridículo, pero es común que los líderes que desempeñan un ministerio, no estén lo suficientemente “armados” para las luchas que han de enfrentar. Así observamos con tristeza, como algunos claudican no sólo de servir sino hasta en su fe. Y es que en el último momento queremos orar, meditar en la Palabra, cambiar el rumbo de nuestros acciones, pero en medio de la lucha resulta más difícil tratar de encontrar estas armas ¿no es así? Dios no nos pide un esfuerzo sobrehumano, nos pide estar fortalecidos en Él, fortalecernos con su poder que como lo menciona Efesios 6:10-18 se halla en la verdad, en la justicia, en la proclamación del evangelio, en la fe, la salvación, la palabra de Dios y la oración. De esta manera podemos estar preparados para animar a los jóvenes en sus propias luchas, en sus momentos de debilidad y tentación, podemos estar expuestos a situaciones difíciles, pero preparados para hacerles frente.\n\nSé que no es algo nuevo, pero que es importante recordar que en medio de las actividades por realizar y los planes por cumplir, lo esencial para desarrollar el ministerio con jóvenes de manera más eficaz es mantener una relación estrecha con Dios, confiarle todas nuestras necesidades y nuestros anhelos, estar atentos al meditar en su Palabra, para descubrir lo que Él nos quiere enseñar y cumplir su voluntad.'
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