¿Qué Hago Ante Las Barreras Generacionales?

El ministerio con adolescentes y jóvenes es en gran porcentaje desarrollado por los propios jóvenes con algunos años más, por supuesto también algunos adultos invierten dones y recursos como respuesta al llamado de servir a los jóvenes. Una realidad que enfrentan los líderes tanto jóvenes como adultos, son las barreras generacionales, lo que ellos están experimentando en determinada etapa de tu vida, puede ser muy diferente a lo que están experimentando los adolescentes a quienes ministran. ¿Qué hacer?\n\nComo en todo, Jesús es nuestro ejemplo, al hacerse humano y vivir como tal se hizo cercano y sensible a nuestras necesidades pero además fue mas allá, nos hizo reconocer nuestra necesidad real, es decir nuestra necesidad de Dios. La actitud con que lo hizo nunca fue de manera legalista -como los religiosos de su época- Él tuvo una actitud de amor, paciencia y misericordia. \n \nUna ventaja que algunos líderes tienen, es que realmente no están a años luz de su etapa adolescente, de todas maneras es bueno que pongan atención a sus intereses e inquietudes. Los líderes de jóvenes tenemos que ser sensibles a sus necesidades, saber lo que lo que ellos están escuchando, mirando, la influencia de la sociedad, amistades, contexto familiar, anhelos, etc. Una manera efectiva de lograrlo es pasar tiempo con ellos fuera del tiempo que se dedica a la reunión. Puede ser que esto no sea una sugerencia nueva para algunos, pero es importante seguir insistiendo en ella. Salir a tomar un café o helado y platicar con ellos, hacer algo que a ellos les gusta hacer, como ver una película o jugar fútbol, ayudarles con una tarea, llamarles por teléfono para saludarlos, todos esos pequeños momentos son oportunidades para conocer y ganar la confianza de los jóvenes. \n \nLos adolescentes buscan relacionarse con otros y divertirse, proporciona oportunidades para que lo hagan. Aunque a los jóvenes mayores o adultos tengamos otros intereses o maneras de pasar buenos momentos, a los más jóvenes les atrae aquello en lo que pueden expresarse, convivir con otros en un ambiente en el que se sienten tomados en cuenta y aceptados. Esto no significa que este es nuestro propósito, no estamos desarrollando un ministerio sólo para hacer sentir bien a los jóvenes, sino para conducirlos a Cristo, a una relación y a una vida en la que le glorifican y se alegran en Él. Es en este punto en el que los líderes debemos imitar a Jesús, ser sensibles a sus necesidades y de alguna manera satisfacerlas, pero hacerles descubrir su necesidad de Dios. Recuerda no es sólo en el salón de clase donde se imparte la enseñanza y se aprende, aprovecha los momentos divertidos para enseñarles.\n \nUn método tradicional en la enseñanza es la reprensión, en ocasiones los líderes usamos el regaño y hasta el castigo para “enseñar” a los adolescentes. Los que adoptan este método puede ser que lo relacionan con la actitud de Dios descrita en diferentes pasajes de la Biblia, cuando actúa con indignación e ira frente al pecado y reprende a los suyos. Ciertamente Dios no tolera el pecado y actúa en contra de él, por eso tuvo que ofrecer una paga: su propio Hijo. Jesús tampoco toleraba el pecado, pero amaba a los pecadores. En el proceso de conocer y crecer en Jesucristo, los jóvenes seguramente van a cometer faltas, David escribía: “De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes” (Salmo 25:7). Meditar en nuestros propios pecados y faltas en la adolescencia nos ayudará a comprender a los adolescentes y jóvenes, a romper con una barrera más. Gana autoridad entre los adolescentes mostrándoles comprensión y amor, la exhortación es importante, pero ellos sólo la recibirán de la persona en la cual confían y respetan.\n \n'
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