El Trabajo con Adolescentes en una Sociedad Postmoderna 7: El AcompaƱamineto Espiritual

El AcompaƱamineto Espiritual:\nuna necesidad en un contexto postmoderno\nCon este breve ensayo acerca del trabajo con adolescentes en el contexto de la postmodernidad. Queremos abordar en estas pĆ”ginas la aplicación prĆ”ctica que se ha de derivar de la revisión de nuestras premisas educativas. El acompaƱamiento espiritual se presenta como el mejor medio para poder encarnar la verdad y darle credibilidad para nuestros adolescentes.\n\n\nI.JUSTIFICACIƓN\n\nEl SeƱor JesĆŗs en Marcos 2:22 nos narra la parĆ”bola de los odres nuevos y viejos. SegĆŗn la misma, el vino nuevo no puede colocarse en odres viejos. De hacerlo, se corre el peligro de perder ambos, el vino y el odre. El nuevo vino requiere un nuevo odre.\n\nTodos los comentaristas estĆ”n de acuerdo en afirmar que la parĆ”bola hace referencia al evangelio y al judaĆ­smo. El viejo recipiente, el judaĆ­smo, no era vĆ”lido para el nuevo tipo de relación con Dios que JesĆŗs estaba instaurando. Ambos no casaban y habĆ­a el serio peligro que el viejo odre, el judaĆ­smo, acabara echando a perder el nuevo vino, una relación personal con Dios basada en la gracia y la fe.\n\nEn Hechos 15 se nos narra la celebración del primer concilio de la iglesia cristiana, el Concilio de JerusalĆ©n. Este cónclave fue decisivo para la historia del cristianismo. En el fondo, el problema a debatir era el de los odres nuevos y los viejos. Un sector de la naciente iglesia querĆ­a que los gentiles se convirtieran prĆ”cticamente en judĆ­os, observando la Ley e incluso practicando la circuncisión. Otro sector, encabezado por Pablo y BernabĆ© consideraba que el nuevo vino, los gentiles, debĆ­an tener un nuevo odre, una iglesia cristiana libre de las cargas judaizantes.\n\nGracias sin duda a la intervención de Dios, los asistentes al concilio tomaron la decisión de permitir que los gentiles construyeran odres nuevos para la nueva cosecha espiritual que se estaba recogiendo entre ellos. La iglesia cristiana en Palestina continuó con el odre viejo, observando la Ley y viviendo en el judaĆ­smo. Hacia finales del siglo I, este tipo de cristianismo habĆ­a prĆ”cticamente desaparecido y la iglesia cristiana era una iglesia de odres nuevos, eminentemente gentil.\n\nLos desafĆ­os que la postmodernidad nos presenta, de los cuales ya hemos hablado, nos llevan a ser serios a la hora de plantearnos cuĆ”les han de ser los nuevos odres que hemos de utilizar para la transmisión y el cultivo de la fe entre nuestros adolescentes. La iglesia, como institución cultural, so pena de quedar obsoleta, no puede permitirse el lujo de continuar acercĆ”ndose al problema del vino nuevo con su bien elaborada estrategia de odres viejos.\n\nNo olvidemos la forma en que las nuevas generaciones se acercan y procesan la verdad, la necesidad de que Ć©sta estĆ© encarnada y que la iglesia actĆŗe como una autĆ©ntica estructura de credibilidad. No olvidemos el ejemplo de JesĆŗs, la verdad encarnada, y la prĆ”ctica durante muchos siglos por parte de la iglesia del acompaƱamiento espiritual.\n\n\nII.AYUDAR A LOS JƓVENES A EXPERIMENTAR A DIOS\n\nCuando los jóvenes asisten a nuestras iglesias buscan y, ademĆ”s, tienen el derecho a encontrar un Dios real al cual puedan experimentar y el cual pueda manifestĆ”rseles. Los adolescentes ni quieren, ni desean, ni necesitan cultos frĆ­os, muertos y carentes de total significado espiritual para ellos.\n\nLos adolescentes en particular, y los jóvenes en general, desean experimentar de forma real aquello que les estamos predicando y les estamos enseƱando. No puede ser que hablemos de un Dios de amor, perdón, gozo, paz, acompaƱamiento en la vida cotidiana, auxilio en los momentos de angustia, dirección para la toma de decisiones y, despuĆ©s, todo eso no lo experimenten. Si nuestro acercamiento educativo a los adolescentes ā€œhablaā€ de ese tipo de Dios pero no les permite ā€œexperimentarā€ ese tipo de Dios, algo no funciona y, hemos de ser honestos y reconocer que con bastante probabilidad somos nosotros y nuestro sistema el que falla. Es una solución muy socorrida culpar al adolescente por no creer en vez de plantearnos si nosotros le estamos ayudando a vivir y experimentar la verdad. Recordemos nuevamente, sin ver y experimentar esta generación no puede reconocer la verdad.\n\nEsto nos plantea a los lĆ­deres y educadores de jóvenes un gran desafĆ­o, ayudarles a que vivan y experimenten una autĆ©ntica amistad con JesĆŗs, una autĆ©ntica relación de amor con un Dios que les ama y acepta de forma incondicional\n\nTodos aquellos que tenemos la responsabilidad de trabajar con los jóvenes debemos esforzarnos en ayudarles a reconocer a Dios en la vida cotidiana. Nuestro Dios es un Dios trascendente, es decir, que estĆ” mĆ”s allĆ” y separado de su creación, no constituye una sola cosa con ella. Pero a la vez, es un Dios cercano que estĆ” a nuestro lado que se revela en la cotidianeidad, que no es indiferente a nuestras necesidades y que constantemente trabaja en el universo. Nuestro SeƱor ha hecho que la vida cotidiana se convierta en sagrada al estar Ɖl presente en todos y cada uno de sus aspectos.\n\nLos lĆ­deres de jóvenes tenemos el deber y el desafĆ­o de ayudar a la generación de adolescentes postmodernos a poder identificar y ver el trabajo cotidiano de Dios, no Ćŗnicamente en sus vidas personales, sino a su alrededor.\n\nUn contraste entre la antigua forma de hacer ministerio juvenil y la nueva forma pueden sernos de gran ayuda para entender lo que queremos decir. Se trata, como fĆ”cilmente se verĆ”, en un contraste entre nuevos y viejos odres.\n\n-------------------------------------\n\nModelo tradicional de ministerio\nEn el modelo tradicional de ministerio la palabra clave es conocimiento. Este modelo nacido y pensado para la modernidad estĆ” basado en la transmisión de información dirigida fundamentalmente al intelecto. Se considera que la fe, la madurez y el crecimiento se adquieren a travĆ©s del acceso a la información acerca de Dios y la vida cristiana. El modelo presupone que dado el conocimiento correcto los jóvenes sabrĆ”n identificarlo como tal y sabrĆ”n cómo aplicarlo en su vida y su realidad cotidiana.\n\nEste tipo de modelo de ministerio se centra en entretener y enseƱar. Si definimos la enseƱanza como la mera transmisión de información veremos que muchos grupos de jóvenes se han especializado precisamente en eso, en transmitir información a los jóvenes que lo componen. El entretenimiento tambiĆ©n es una parte central del viejo modelo. Muchas iglesias se esfuerzan en retener a sus jóvenes por medio de experiencias de ocio creativas y constantes. Ā”Cuidado! No estamos diciendo que enseƱanza y entretenimiento sea malas. Simplemente estamos seƱalando un modelo de ministerio que gira alrededor de estos ejes y, que de acuerdo a nuestra opinión, no es vĆ”lido para los nuevos desafĆ­os que plantea una sociedad postmoderna a jóvenes y adolescentes.\n\nEn el modelo tradicional de ministerio el lĆ­der de jóvenes, o el pastor en aquellas comunidades que lo tienen, es el centro de la pastoral juvenil. El lĆ­der saber y enseƱa a los que no saben. Es el responsable de transmisión de la información y, en muchos casos, se siente responsable de que los jóvenes crezcan y maduren espiritualmente. Muchos lĆ­deres de jóvenes funcionando con este paradigma se sienten responsables de tener todas las respuestas para todas las preguntas. Consideran, asĆ­ mismo, que deben ser perfectos y sin fallo, de lo contrario perderĆ­an autoridad ante los jóvenes.\n\n-------------------------------------\n\nAcompaƱamiento espiritual\nEn el modelo nuevo de acompaƱamiento espiritual la clave es la intimidad y el desarrollo de una relación personal con JesĆŗs. Se busca que el joven pueda conocer y experimentar la realidad de la presencia de Dios, no sólo en su vida, sino en el mundo en general. Este modelo no descarta el conocimiento ni la transmisión de información, sin embargo, va mĆ”s allĆ” de la misma y provee al joven con oportunidades para la experiencia y lo expone a la verdad encarnada.\n\nEl nuevo modelo de ministerio busca y pretende ayudar a los jóvenes y adolescentes a desarrollar un concepto que denominaremos RED.-- R --Este modelo pretende ayudar a los jóvenes a reconocer el trabajo de Dios a su alrededor. Los lĆ­deres de jóvenes, con su mayor madurez y perspicacia ayudan a los adolescentes bajo su responsabilidad a que puedan identificar el trabajo del SeƱor en sus vidas cotidianas, sus familias, sus amigos, su escuela, su iglesia, el propio grupo de jóvenes, etc.\n\nLos lĆ­deres han de ayudar al adolescente a interpretar la vida cotidiana en clave sobrenatural y divina. Cuando, por ejemplo, un joven ha salido ileso de un accidente automovilĆ­stico, no se trata de una cuestión de ā€œvaya suerte que ha tenidoā€, antes bien, el lĆ­der les ayuda a ver ā€œel cuidado y la providencia de Diosā€.\n\nEste trabajo es tremendamente exigente para el lĆ­der ya que implica cercanĆ­a e implica al mismo tiempo su propia capacidad de discernir al Dios vivo actuando en su propia vida y su propio ambiente. Lo importante en este caso no es cuĆ”nto sabe el lĆ­der acerca del SeƱor, mĆ”s bien cuĆ”nto de lo que sabe estĆ” experimentando y viviendo en su vida cotidiana. Sólo si esto sucede podrĆ” ayudar a otros a reconocer y experimentar el trabajo del SeƱor en sus propias vidas.\n\nPartimos de la base de que los lĆ­deres no somos ni los iniciadores, ni los protagonistas de la Pastoral Juvenil. Dios estĆ” trabajando en la vida de todos y cada uno de nuestros jóvenes y adolescentes desde mucho antes que nosotros, ni siquiera comenzĆ”ramos algĆŗn tipo de acción o trabajo con ellos. Somos, no lo olvidemos, colaboradores de Dios, de un Dios que trabaja y toma la iniciativa de buscar al hombre y que nos invita a nosotros a unirnos en ese trabajo.\n\nEs pues nuestro reto ayudar a los adolescentes a que puedan ver ese trabajo ya presente del SeƱor en sus vidas desde hace tiempo.-- E --El segundo paso es expresar el trabajo de Dios. De nuevo, esta es una responsabilidad del lĆ­der. Ɖl debe comenzar expresando lo que Dios estĆ” haciendo y enseƱƔndole en su vida cotidiana. Al hacerlo, los adolescentes podrĆ”n comprobar que Dios es real, que trabaja en la vida de personas como ellos y, por tanto, puede haber esperanza de que trabaje en sus propias vidas de forma real. Al expresar el lĆ­der u otros jóvenes cómo Dios estĆ” actuando en su experiencia vital, el resto de los jóvenes comprueban que Dios no es algo teórico o doctrinal solamente, sino un ser que se preocupa y se involucra en la vida de los seres humanos.\n\nVeamos una ilustración. Un lĆ­der comparte la forma en que durante la semana el SeƱor le ha ayudado a superar un problema serio de relaciones interpersonales. Mientras el lĆ­der lo hace, los adolescentes se dan cuenta que Dios actĆŗa de forma real. Pueden pensar que si Dios ha ayudado a su compaƱero puede ayudarlos a ellos. AdemĆ”s pueden identificar la posibilidad de ser ayudados por Dios en Ć”reas en las que ni habĆ­an pensado ni sabĆ­an cómo hacerlo.\n\nCuando un lĆ­der expresa cómo ha visto la presencia de Dios en una situación cotidiana, los adolescentes pueden empezar a pensar que lo que atribuyen al azar o la casualidad tiene una intervención divina detrĆ”s y pueden empezar a reconocer el trabajo del SeƱor en sus propias experiencias cotidianas.-- D --Finalmente, el lĆ­der debe desarrollar el trabajo de Dios. DespuĆ©s de haber reconocido y expresado el trabajo del SeƱor en la vida de los adolescentes, el lĆ­der debe desarrollar este trabajo. ĀæCómo se lleva a cabo? Animando a otros a compartir sus propias experiencias del trabajo de Dios. DesafiĆ”ndoles a que relacionen sus necesidades con la posibilidad de la intervención de Dios. Dando gracias por el trabajo hecho por el SeƱor y pidiĆ©ndole que se involucre en las vidas de aquellos con problemas, desafĆ­os y necesidades. Animando a los adolescentes a identificar de forma cuidadosa la intervención del SeƱor durante los siguientes dĆ­as.\n\nEn este modelo no se desprecia en absoluto la información ni el conocimiento, antes bien, se busca que este pueda ser vivo y aplicable en la realidad cotidiana de cada joven.\n\nEn el nuevo modelo de ministerio la pastoral juvenil no es una tarea de un solo hombre o mujer. Se trata eminentemente de un trabajo de equipo. Lo importante no es ā€œel pastor de jóvenesā€ sino un equipo de mentores, de acompaƱantes espirituales que trabajan de forma coordinada para asegurarse que todos y cada uno de los jóvenes bajo su responsabilidad pueden experimentar a Dios y son acompaƱados espiritualmente en su proceso de bĆŗsqueda del SeƱor.\n\nEl lĆ­der de jóvenes no estĆ” llenando de conocimientos una botella vacĆ­a. Contrariamente facilita a los jóvenes que descubran al Dios que estĆ” trabajando a su alrededor. Todos participan, todos son protagonistas y todos contribuyen a la edificación de los otros.\n\nUn ministerio de este tipo requiere de un equipo de personas en contraste con el modelo tradicional que exige un ā€œhombre orquestaā€ capaz de hacerlo todo y, ademĆ”s, bien y con resultados exitosos.\n\n-------------------------------------\n\nIII.ACOMPAƑAR ESPIRITUALMENTE A LOS JƓVENES\n\nComo puede deducirse del nombre, el acompaƱamiento espiritual es un proceso. Es el proceso de guiar y cuidar espiritualmente al adolescente durante toda su travesĆ­a espiritual desde la incredulidad al conocimiento y el encuentro personal con Cristo.\n\nEl acompaƱamiento espiritual es un proceso a largo tĆ©rmino. No es una actividad. Tampoco es un evento. Es un viaje espiritual de aƱos.\n\nEn el acompaƱamiento espiritual cada persona tiene su propio ritmo. Dios trabaja de forma diferente en la vida de cada persona. El tiene su ā€œkairosā€ para cada individuo y utiliza en ese viaje espiritual multitud de experiencias, personas y situaciones diferentes para cada adolescente.\n\nEse viaje espiritual no puede ser acelerado ni retrasado. El acompaƱante, el mentor, debe de ir al ritmo del pupilo. Animando cuando sea necesario. Exhortando cuando las circunstancias lo requieran. Disminuyendo el paso cuando el joven se estanque.\n\nEl acompaƱamiento espiritual es estar al lado del adolescente durante esos aƱos crĆ­ticos en que su fe serĆ” asaltada por el relativismo, el pluralismo, la nueva tolerancia y el resto de los desafĆ­os que la postmodernidad le irĆ” presentando. \n\nEl acompaƱamiento espiritual de un adolescente puede fĆ”cilmente durar cinco o seis aƱos.\n\nEste viaje espiritual parte del principio bĆ”sico de la oveja perdida. Cada individuo es Ćŗnico, precioso y valioso a los ojos del SeƱor. Los noventa y nueve que estĆ”n en el rebaƱo no nos llevan a un conformismo y auto satisfacción que nos impidan ver la importancia y necesidad de ese Ćŗnico que todavĆ­a falta.\n\nA.LA IMPORTANCIA DEL MENTOR\n\nEl mentor es el acompaƱante espiritual del adolescente durante su viaje hacia el conocimiento de Cristo. \n\nLa palabra mentor tiene su origen en la mitologĆ­a de la Grecia clĆ”sica. Ulises, el hĆ©roe de la Iliada, encomendó a su hijo TelĆ©maco bajo la tutela y cuidado de un sabio llamado Mentor. Como Ulises estaba batallando en la famosa guerra de Troya, Mentor tenĆ­a la responsabilidad no Ćŗnicamente de enseƱarle por medio de los libros, sino tambiĆ©n todos los ardides, tretas y peligros que habĆ­a de encontrar y enfrentar en la vida. De tal modo que la tarea de Mentor fue educar su mente, pero tambiĆ©n su espĆ­ritu. No sólo proporcionar información sino sabidurĆ­a para vivir.\n\nEl diccionario castellano define como mentor la persona que aconseja, guĆ­a y orienta. Las dos Ćŗltimas acepciones del tĆ©rmino indican claramente el papel activo y vital del mentor. Para guiar y orientar es preciso conocer el camino o estar en un proceso activo de averiguarlo.\n\nEn jardinerĆ­a se acostumbra colocar un palo al lado de un Ć”rbol joven que estĆ” en proceso de crecimiento. Este palo o vara sirve para que el crecimiento del nuevo Ć”rbol se produzca de manera recta y erguida, sin doblarse u orientarse de forma incorrecta. La vara ayuda a garantizar el desarrollo en la dirección adecuada y sirve para suplir la debilidad y fragilidad del nuevo Ć”rbol. \n\nLa tarea del mentor es acompaƱar espiritualmente al adolescente en su viaje Ćŗnico, personal y vital hacia el conocimiento de Cristo como SeƱor y Salvador personal.\n\nB.COMO SE LLEVA A CABO EL ACOMPAƑAMIENTO ESPIRITUAL\n\nEl acompaƱamiento espiritual como proceso espiritual vital se lleva a cabo por medio de cuatro grandes influencias.
\n1.Encarnar la verdad para el adolescente\n\nSe ha repetido hasta la saciedad que el primer y mĆ”s importante evangelio que los jóvenes leen y consideran como vĆ”lido es nuestra propia vida personal como educadores. Nuestra vida es el primer y, tristemente el Ćŗnico, evangelio que nuestros adolescentes leen. Nuestra pobre vida espiritual, la inconsistencia de nuestra experiencia cristiana, hace que para muchos nuestra vida sea suficiente excusa para rechazar una lectura mĆ”s profunda de la Palabra de Dios.\n\nYa se ha repetido ampliamente que los jóvenes no procesan la verdad intelectualmente sino de forma vivencial. El mentor, el acompaƱante espiritual vive y encarna el mensaje para el joven. Nuestra vida es nuestro mensaje. El mentor no debe tener miedo de decir al joven que sea un imitador de Ć©l, porque a su vez, Ć©l estĆ” imitando a Cristo. En contra de esa falsa humildad de que la gente no debe poner los ojos en nosotros sino en Cristo. La Palabra nos reta a ser dignos de imitar. No perfectos, pero coherentes. No perfectos, pero caminando hacia la perfección. De nada sirve pretender que los jóvenes no fijen sus ojos en nosotros, lo hacen y, por tanto, debemos vivir vidas dignas para ellos. Nuestra enseƱanza es nuestra vida.\n\nJesĆŗs vino y plantó su tienda entre nosotros nos dice Juan 1:14. Ɖl es el verbo, la palabra, la verdad encarnada, hecha carne entre nosotros, hecha accesible para nosotros. Juan afirma que nadie jamĆ”s ha visto a Dios, sin embargo, el Hijo nos lo ha dado a conocer (1:18)\n\nEl mentor actĆŗa del mismo modo para el adolescente. El mentor vive y acompaƱa al joven en su viaje, en su peregrinaje espiritual. El mentor estĆ” al lado y puede, por tanto, seƱalar al joven cómo Dios estĆ” actuando en medio de su mundo y quiere y puede actuar en su propia vida personal. \n\nEl mentor es responsable de ayudar al adolescente a percibir al SeƱor en medio de todo el ruido, tensión y contaminación espiritual que le pueden impedir ver a un Dios de amor actuando y obrando a su alrededor.\n\nEl mentor con su vida ilustra lo que Dios puede hacer en el proyecto vital de una persona. Recordemos que el adolescente necesita ver la verdad para reconocerla. Cuando el adolescente pueda ver, a travĆ©s de nuestra propia experiencia vital, que Dios trabaja en la vida de personas como Ć©l, de carne y hueso, entonces podrĆ” reconocer la verdad y con la ayuda y el trabajo del EspĆ­ritu Santo aceptarla.\n\nEste Ćŗltimo punto estĆ” muy relacionado con la experiencia narrada por Marcos en el capĆ­tulo 5 de su evangelio. JesĆŗs cura a un endemoniado en Gadara, Ć©ste le pide acompaƱarle en su ministerio. JesĆŗs, en 5:19 le indica que vuelva con los suyos y sea un testimonio de lo que Dios ha hecho en su vida. El mentor ilustra lo que Dios puede hacer en la vida de una persona. El mentor ilustra que Dios sigue actuando en personas autĆ©nticas. El acompaƱante espiritual no explica ni mĆ”s, ni menos que aquello que JesĆŗs estĆ” haciendo. El mentor no debe exagerar, debe ser coherente y consistente para ser convincente.\n\nUn mentor narra su propia historia Ćŗnica y personal de lo que Dios estĆ” haciendo con Ɖl. El acompaƱante espiritual es consciente, Ć©l mismo, de estar en un viaje vital y, por tanto, puede explicar que Dios sigue pacientemente trabajando en Ɖl. Dios guarda su propia honra. Un acompaƱante espiritual no precisa inventar la intervención del SeƱor, tan sólo ser fiel a lo que Dios hace.\n\nCuando un mentor narra su historia el adolescente puede sentirse identificado. Puede pensar que si Dios trabaja en personas como el mentor tambiĆ©n puede hacerlo en la suya. Cuando el mentor explica su experiencia, sus luchas, cargas, victorias y derrotas, el adolescente puede sentirse identificado y generar esperanza de que Dios tambiĆ©n puede obrar en sus circunstancias.\n\n2.Proveer un marco de referencia para el joven\n\nEn el proceso de la formación de la identidad espiritual los marcos de referencia tienen un papel vital e importantĆ­simo. Estos marcos actĆŗan como puntos de orientación que sirven para que por medio del contraste, la comparación, la imitación y, en ocasiones, la oposición, el adolescente pueda ir modelando su nueva y emergente personalidad e identidad. \n\nEn un momento en que las familias pierden una parte de su influencia con el adolescente, el mentor actĆŗa como un modelo que ayuda a los muchachos y muchachas a responder a esas preguntas claves de la adolescencia ĀæCómo debo ser? ĀæQuĆ© tipo de persona he de desarrollar? El adolescente en bĆŗsqueda de una identidad espiritual buscar a su alrededor tratando de encontrar seƱales y personas que le permitan tener una idea acerca de cómo formarse esa identidad. \n\n3.Provee una estructura de credibilidad\n\nYa hemos mencionado de forma extensa este punto. El mentor, viviendo y encarnando la verdad en su propia vida y experiencia vital hace creĆ­ble el evangelio a los ojos de los adolescentes que estĆ”n bajo su responsabilidad.\n\nPor medio de su amor y aceptación incondicional del adolescente, mostrĆ”ndole su gracia en cualquier situación y circunstancia, hace creĆ­ble para estos el amor, la aceptación y la gracia de Dios.\n\nNo olvidemos que las estructuras de credibilidad son bĆ”sicas para poder reconocer la verdad y, por tanto, aceptarla.\n\n4.Provee relaciones retentivas\n\nEl mentor, como indicamos en el punto anterior, hace creĆ­ble la gracia, el amor y la aceptación incondicional de Dios hacia el adolescente. Pero ademĆ”s, al vivirlo en sus relaciones con los adolescentes les permite a estos experimentar unas relaciones de redención. Hay muchos jóvenes que no pueden entender y, por tanto, aceptar la gracia de Dios porque nunca la han experimentado.\n\nEn sus casas e iglesias son tratados con juicio y condena. Al suceder esto, la gracia es simplemente teorĆ­a, discurso, pero no una verdad viva para ellos. Sin embargo, cuando un mentor les trata con gracia pueden entenderla. Este tipo de relaciones redentoras hacen mucho mĆ”s por acercar a los jóvenes a Dios que muchos sermones y estudios bĆ­blicos juntos. \n\nLos jóvenes pueden experimentar con el mentor ese tipo de relaciones que JesĆŗs estableció con los publicanos y pecadores y que precisamente eran las que atraĆ­an este tipo de personas hacia el SeƱor. \n\nEl mentor ayuda al adolescente a experimentar las ricas verdades contenidas en las tres parĆ”bolas de Lucas 15 (la oveja perdida, el padre que acepta y perdona y la moneda perdida).
\nHemos llegado al final de esta serie de artĆ­culos acerca del trabajo con adolescentes en un contexto postmoderno. Esta nueva etapa histórica nos trae nuevos desafĆ­os, sin embargo, la Palabra de Dios sigue siendo viva y eficaz y nos trae soluciones y respuestas para estos retos. Es, sin embargo, nuestra responsabilidad el osada y valientemente buscar una renovación de nuestro trabajo con la juventud aplicando los principios eternos de la Palabra a las nuevas situaciones y no protegiĆ©ndonos detrĆ”s de la rutina y la inercia de las cosas que siempre hemos hechos.\n\nToda Ć©poca de transición es difĆ­cil. La tentación es buscar la seguridad de los territorios bien conocidos, aunque estos hayan probado no funcionar, en vez de lanzarnos confiadamente en un viaje de fe y confianza en el SeƱor con la certeza, de que a su tiempo, Ɖl nos darĆ” las claves para ganar esta generación para Ɖl.'
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