Pastoral para el Líder-7 – Siervo

Pero Jesús los llamó y les dijo:\n-sabéis que entre los paganos hay jefes que se creen con derecho a gobernar con tiranía a sus súbditos, y los grandes descargan sobre éstos el peso de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea esclavo de todos. Porque tampoco el Hijo del hombre ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.” (Marcos 10:42-45)\n\nVivo en un país donde existe una monarquía, tenemos un rey, Juan Carlos I. La institución monárquica siempre ha ido acompañada de una categoría muy especial de personas, la nobleza. \n\nLos nobles, fueran condes, duques, hidalgos, infanzones o cualquiera otra de las categorías propias de la nobleza, eran una élite que alcanzaba el honor de ser nobles debido a sus grandes gestas militares y guerreras. Los nobles eran la cúspide de la sociedad, los poderosos, los que se enseñoreaban del resto de los mortales, simples campesinos y artesanos.\n\nEs interesante porque Jesús viene a instaurar un reino y, naturalmente, no hay reino que se precie que no tenga una nobleza, un liderazgo. ¿Cómo se alcanza la nobleza en el Reino de los Cielos?\n\nEn contra de todo pronóstico, la nobleza del Reino no es una nobleza de poder, sino de servicio. Curiosamente, la grandeza en el Reino no se mide por los logros, los éxitos, las gestas, la posición, el control, sino por el servicio. \n\nEn este Reino los principales son los siervos. A más servicio, más grandeza. Los nobles de este Reino actúan como esclavos, como siervos del resto, total y contrariamente diferente del paradigma del resto de los reinos.\n\nNo debería de extrañarnos tanto, este Reino tiene a un siervo por rey. Esta regido por un monarca que se denominó a sí mismo siervo y reconoció que no había venido a ser servido sino a servir. \n\nAl meditar sobre todo esto, no es de extrañar que el monarca cuente entre sus mejores súbditos, sus mejores nobles, sus élites, a aquellos que son siervos de los demás. El servicio es la mayor muestra de grandeza a sus ojos.\n\nEs curioso que tantos líderes busquen vivir y funcionar bajo el paradigma de este reino y no bajo el del Reino de los Cielos. Es tremendo cuántos líderes carecen de la humildad de su Rey, de la actitud de servicio y entrega que su monarca tenía.\n\nUna de las cosas que más me sorprende en mi larga carrera como líder es la enorme cantidad de líderes autoritarios, pequeños caudillos, pequeños reyes que se creen con total autoridad y señorío sobre la congregación.\n\nLíderes que toman como un pecado contra la divinidad el cuestionar lo que dicen o hacen. Dirigentes que se creen investidos de una superioridad que parece darles el derecho para decidir sobre la vida y hacienda de sus seguidores.\n\nPersonas, que como nos indica en tantos y tantos lugares la Escritura, no sirven al rebaño, antes bien se aprovechan de él, lo esquilman, abusan y lo usan en beneficio propio.\n\nLíderes que olvidando total y vergonzosamente el ejemplo y las enseñanzas de su Rey, viven y actúan de forma totalmente contraria y opuesta a como Él vivió y pidió que viviéramos.\n\nDirigentes que usan el liderazgo, no para servir a otros, sino para servirse de ellos, para satisfacer sus carnales necesidades de poder, egolatría, influencia, posesión, respeto. \n\n¿Qué debe pensar Jesús de ellos? ¿Debe reconocerlos como parte de la nobleza de su Reino? ¿Los debe considerar imitadores suyos? ¿Le producirán satisfacción, gozo y alegría? ¿Cómo valorará el Rey que muchos que se llaman sus líderes hayan olvidado lo que Él enseñó?\n\nEl servicio es, sin duda, una de las lecciones más grandes que cualquier líder puede aprender. También una de las, sino la más, difícil de todas. Negarse uno mismo para satisfacer las necesidades de otros. Buscar el bien de otros, en vez del propio, servir a las personas, en vez de servirse de ellas. Darlo todo, sin esperar nada a cambio y, si algo es dado a cambio, saberlo redirigir hacia Dios, como el único merecedor de gloria y honra.\n\n\nMI ORACIÓN\n\nPadre, ayúdame a ser parte de la nobleza de servicio. Ayúdame a llegar a una posición de honor en tu corte a través de la entrega desinteresada a otros.\n\nSeñor, como cualquier líder sufro la tentación y el impuso de enseñorearme de la grey, de usarlos para satisfacer mi necesidad de autoestima, realización, logro y posición. Padre, no puedo negar que la tentación está presente, sería ridículo.\n\nCuando se presente la oportunidad ayúdame a mirar y meditar una y otra vez en el ejemplo de Jesús y en sus palabras, el que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás.\n\nBuen Dios, también quiero pedirte que levantes una generación de líderes siervos, caracterizados por su humildad, su entrega, su ternura, su gentileza, su aceptación, su amor y su sacrificio por el rebaño. \n\n\nTU REFLEXIÓN\n\n1.¿Qué tipo de líder eres? Sincérate contigo mismo y con Dios.\n2.¿Qué te mueve, qué motivación te empuja al liderazgo?\n3.¿En qué medida el estilo de Jesús está presente en tu vida?\n4.Y si no lo está, si tu estilo no es el de Jesús ¿Cómo justificas tu estilo de liderazgo? ¿Hay algo en la Biblia superior al ejemplo y mandato de Jesús?\n5.¿Cómo piensas que el Señor valora tu liderazgo?\n\n\nEL PERSONAJE\n\nJesús es increíble. Para mí está totalmente fuera de toda comprensión su forma de actuar y vivir. Pablo, cuando escribe en Filipenses capítulo 2 nos explica de forma dramática el proceso de Jesús de continua y constante humillación hasta la muerte.\n\nJesús quiso ser conocido como un siervo. Alguien que no venía para aprovecharse de su posición y estatus, a lo cual tenía derecho, sino que renunciando a la misma se convirtió en un siervo de una humanidad en necesidad.\n\nJesús, que nos dijo después del humillante acto de lavar los pies a sus discípulos, ejemplo os he dado para que vosotros hagáis lo mismo.\n\nJesús funda un Reino y una nobleza caracterizada no por las grandes gestas y logros, sino por el sencillo y, a menudo anónimo, acto del servicio. Honor sea dado a semejante Rey y a los nobles que imitan su modelo.'
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