A Solas Con Jesús
En aquella hermosa tarde de otoño saliste a caminar por aquel lugar... miraste hacia el cielo y suspiraste profundo... ¡Que hermoso atardecer! Caminaste sin rumbo fijo... en aquel paisaje que te llenaba de paz. Bordeando un río de aguas cristalinas... disfrutando de la brisa cálida de otoño... del crujir de las hojas que pisabas a medida que avanzabas... \n\nDe repente te dieron ganas de sentarte para encontrarte con aquel que lo había creado todo... te sentaste junto a un sauce que dejaba caer sus hojas a la orilla del río... y cerraste los ojos por un instante. \nPero el sonido del crujir las hojas secas te trajeron de nuevo al hoy... al aquí y ahora... Alguien se acercaba pero no podías ver de quién se trataba... el sol te encandilaba... sólo veías una imagen borrosa... \nIntentaste una y otra vez descubrir de quién era aquella silueta que caminaba en tu dirección... pero era inútil. Demasiada luz encandilaba... tus ojos no lograban acostumbrarse a esos fuertes destellos del luz... \nLo cierto es que muy dentro tuyo sabías quién era aquel que venía a tu encuentro... aunque no pudieras verlo con claridad... tu corazón latía fuerte... más fuerte que nunca. \n\nY en el más dulce de los silencios se acercó... te miró con una sonrisa en los labios que jamás habías visto en nadie, y se sentó a tu lado. \n\n¿Te das cuenta no? Ahí está... solo tenés que disfrutar de este momento y charlar con él lo que quieras...'