Aun cuando tuviésemos riquezas de propiedades y tesoros para dejarle a nuestros seres queridos, de nada contaría si no quedaran acompañadas de un sello personal, de un calor único, nuestro amor. La casa decae, aun los edificios más fuertes pasan a ser ruinas, pero cuando dejamos en un corazón un pedazo del nuestro, somos bendición para otros.'