¡Atrévete a Ser Grande!
Hace algunas semanas, tuve la oportunidad de hacerle una entrevista a un psiquiatra que lleva años trabajando con jóvenes en la ciudad de Monterrey. La verdad me encontraba preocupado ante la gran crisis que estamos viviendo en nuestra sociedad, en donde cada día más adolescentes le pierden el verdadero sentido a sus vidas. Se podría pensar que ser feliz a nuestra edad es cosa fácil y sin complicaciones, es la edad del estudio, del deporte, del amor, pero tristemente, a veces nos encontramos vacíos.\n\nEntre la plática con el doctor, el café, el diván, su puro y un poco de misterio, surgió la pregunta de los 64 mil, ¿qué nos pasa a nosotros los jóvenes, por qué se nos quitan las ganas de vivir?. Prácticamente lo dejé desarmado, se acomodó la barba, respiró profundo y me sorprendió con su respuesta: Ni siquiera el mismo joven, sabe lo que le pasa, y cuando un enfermo no sabe qué enfermedad tiene, es difícil curarse. Se cerró la conversación con una frase que me inspiró a escribir esta columna: los jóvenes están hartos de vivir, cuando ni siquiera han empezado.\n\nMuchos jóvenes tratan de ocultar lo que hay dentro de ellos, nos hacen ver que son felices y riegan sus carcajadas con la gente con la que se topan, pero no necesitan decir nada, hay veces que con sólo observarlos, se ven tristes, insatisfechos.\n\nEstamos viviendo una etapa de grandes cambios en nuestra vida, desde físicos, emocionales, espirituales hasta psicológicos, estamos poco a poco, formando nuestro carácter, nuestra voluntad, nuestros valores, para poder llegar a ser lo que verdaderamente hemos sido llamados.\n\nEn un mundo de tecnología, de globalización y materializado por los mismos hombres, es difícil ser joven y salir bien librado. Se piensa que vivimos en una etapa donde todo es color de rosa, y donde la misma vida nos va indicando el camino, cuando muchas veces nosotros somos los que tenemos que ir marcando ese camino.\n\nA veces nos dejamos llevar por aparentes fuentes de felicidad, como las drogas, el alcohol, el sexo, pero, siento yo, que hay un mal mucho más fuerte que esta aniquilando a todos los jóvenes que han querido trascender: la mediocridad.\n\nLa apatía por hacer sólo lo que nos corresponde, y a veces ni eso, nos va consumiendo y envolviendo en este mundo famoso de la adolescencia. Creo que aquí no se trata de preguntarle a psiquiatras, psicólogos, doctores, o expertos en la superación personal, sino preguntarnos a nosotros mismos, si realmente estamos dejando algo a este mundo, preguntarnos de forma particular, ¿qué me está pasando?, o ¿por qué le he perdido el sabor a la vida?. \n\nCuando una persona no tiene bien definido su destino en un viaje, siente mucha incertidumbre y mucha intranquilidad, siente desesperación porque no se sabe cuando ni en qué condiciones va llegar al final. Cuando nosotros no tenemos trazados nuestros destinos, nuestros sueños, no pidamos vivir con tranquilidad y no pidamos vivir sin tristeza, porque la misma mediocridad de ni siquiera tener planeada nuestra vida, nos lleva a esta cuerda floja en donde con cualquier movimiento en falso, llámese adicciones, desórdenes, problemas familiares, etc. podemos caer al precipicio del cual nunca saldremos.\n\nEl mundo necesita una juventud con ideales altos, con sueños realistas y convicciones fuertes. No hay que irnos muy lejos, tu misma escuela, tu familia, te necesitan como un hombre íntegro que se proponga grandes cosas, con valores auténticos y que no se deje engañar por cualquier “moda” de la sociedad. El mundo necesita y pide a gritos, hombres y mujeres que se atrevan a ser grandes, sin miedos, ni recovecos, que se entreguen sin medida, y que planeando su vida, contagien con su testimonio para que puedan darle el verdadero sentido a los millones de jóvenes, que están hartos de vivir sin siquiera haber comenzado.\n\nEs buen momento para que dejemos el papel de críticos de la juventud, recuerda que a ningún crítico se le ha construido una estatua, la idea no es preguntar: ¿qué le pasa a la juventud?, sino, ¿qué me está pasando a mi mismo, qué está pasando con mi vida?, ¿qué legado le estoy dejando a mi país?, para que así, puedas llegar tan alto como te lo propongas y puedas ayudar a que esta sociedad se encuentre con que los jóvenes fueron los que transformaron el mundo con su entusiasmo y ganas de vivir.\n\nNos vemos en la próxima, y nunca olviden, que todos estamos llamados a SER GRANDES. La diferencia está en atreverse a serlo.\n'