Avanza, No Te Estanques

Basado en Marcos 16:20: \"Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.\"\n\n No se puede negar que lo que hemos vivido ha dejado una huella en nuestros corazones. Tampoco se puede negar que quienes están involucrados con el ser cristiano están llenos de experiencias qué compartir. Cuántos han ido a una vigilia, a un culto unido, a distracciones; o se han agrupado para \"echar cuento\" (expresión venezolana para referirse a conversar amenamente) por horas, y después algunos terminan peleando por ya no saber qué hacer.\n\n Estos y muchos otros momentos le dan vida y forma a lo que somos; y alguien dijo por ahí que lo que somos es la suma de nuestros recuerdos. Por tanto vale la pena vivir y experimentar momentos malos y buenos. Todos ellos te nutren y le dan forma a la obra de arte que es tu vida. \n\n Experiencias, eso es lo que estaban viviendo los apóstoles de Jesucristo. Ellos pasaron un largo período con Jesús, y tras años de conocerle y verle actuar, se enfrentaron ante lo incomprensible de su muerte. Estaban deprimidos, cabizbajos. Tenían la cabeza en otra parte; tanto era así que no podían creerle a quienes ya le habían visto, que Jesús había resucitado. Cuando finalmente se dio el encuentro hubo algo que les hizo cambiar de actitud. No es sorpresa que el encuentro con Jesús haga cambiar de actitud a las personas. Pero este cambio de actitud en particular nos enseña los rasgos de alguien que avanza y no se estanca.\n\n Para esbozar esta reflexión, he usado la palabra ORE, que corresponde a un acróstico que desarrollaré a continuación\n\n\nObediencia al mandato\n El v. citado dice “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes”. Esta acción fue la consecuencia de un mandato. Ese mandato se encuentra en el v. 15: “Y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Aquí es notorio el efecto que produjo las palabras dichas por Jesús, que son hoy mejor conocidas en las palabras de Mateo 28:19; “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. \n\n Hay que resaltar que Marcos no está contando los hechos uno tras otro, sino que él resaltó lo que consideró necesario. En consecuencia, hubo algunas cosas que pasaron antes de que obedecieran concretamente este mandato (que fueran a predicar). Y para saber con detalle lo que pasó, es bueno remitirse al libro de los Hechos. Allí se afirma, entre otras cosas que cuando Jesús ascendió al cielo, ellos fueron a Jerusalén, donde estaban alojados, he hicieron lo que muchos de nosotros necesitamos hacer hoy con cada vez más fuerza. Hechos 1:14 afirma: “Todos estos permanecían unánimes en oración”. Sus vidas habían sido impactadas con el mensaje de Jesús, sin embargo aún no habían recibido al E.S., y se estaban preparando para predicar el evangelio. \n\n Encontramos en el ejemplo de los apóstoles un verdadero cambio de conducta. Hoy día sabemos que ellos, con sus vidas y ejemplos y predicando el mensaje que cambia vidas, transformaron el mundo que les rodeaba. Su influencia fue tal, que en toda la historia del cristianismo se narran escenas de hombres y mujeres que estuvieron dispuestos a llegar a la más cruel tortura, con tal de no negar a Cristo y seguir anunciando ese mensaje de salvación.\n\n Ellos pusieron en práctica algo que luego Pablo enseñó y entendió muy bien: la nueva vida en Cristo. En la carta a los colosenses, en el capítulo tres, se narran las características de un verdadero cambio de conducta. Esto quiere decir que cuando ellos se comprometieron con Dios en obedecerle, lo asumieron como algo integral que impactó todo su ser. Su acto de obediencia no consistió simplemente en el anuncio de unas verdades que hicieron cuna en la mente de los apóstoles. Ellos vivieron una verdad que los transformó por entero y transformó también su mundo.\n\nAquí uno puede preguntarse parara reflexionar\n¿Realmente obedezco a Dios?\n¿Mi obediencia va conforme al anhelo de Dios?\n¿Obedezco o me quedo estancado?\n¿Qué puedo hacer hoy para cumplir las palabras de mi amado Jesús?\n\nRespaldo de Dios\n Cuando obedecemos, Dios nos respalda. El texto afirma: “ayudándoles el Señor”, o mejor como lo dice la NVI “y el Señor los ayudaba en la obra”. Está claro que Dios no abandona a sus hijos, nunca lo hace. En todo caso, son sus hijos los que le abandonan a veces. Pero Dios es fiel a su palabra y la cumple. \n\n Las palabras “yo estoy con vosotros” no aparecen solamente en el famosísimo Mateo 28:20b “y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. También se encuentran en las palabras de los profetas Jeremías y Hageo. Jeremías 42:11 dice: “No temáis al rey de Babilonia, de quien tenéis miedo. No le temáis, dice Jehovah, porque yo estoy con vosotros para salvaros y para libraros de su mano.” Hageo 1:13: \"Entonces Hageo, mensajero de Jehovah, habló al pueblo con el mensaje de Jehovah, diciendo: \'Yo estoy con vosotros,\' dice Jehovah\". Hageo 2:4: \"Ahora pues, esfuérzate, oh Zorobabel, dice Jehovah; esfuérzate también tú, oh Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote. Esfuércese todo el pueblo de la tierra, dice Jehovah, y actuad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehovah de los Ejércitos.\"\n\n Todos estos versículos nos alientan, y nos animan a seguir adelante. A quien no le gusta escuchar esta frase en medio de momentos de tribulación, cuando uno siente que no quedan fuerzas para seguir. Estas fueron palabras que recibió el pueblo de Israel en tiempos del profeta Hageo, pero fue una vez que ellos obedecieron lo que Dios les había pedido.\n\n Después de la cautividad en Babilonia, el pueblo debía reconstruir nuevamente el templo. La orden era reedificarlo (Hageo 1), pero miren lo que dice en el capítulo uno: Hageo 1:3-6: “Vino, pues, la palabra de Jehovah por medio del profeta Hageo, diciendo: \"¿Acaso es tiempo de que vosotros habitéis en vuestras casas enmaderadas mientras que esta casa está en ruinas? Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: ‘Reflexionad acerca de vuestros caminos. Habéis sembrado mucho, pero habéis recogido poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero no quedáis satisfechos; os vestís, pero no os abrigáis; y el jornalero recibe su jornal en bolsa rota.’”\n\n Aunque esto parezca oscuro, en el mismo libro se narra que su actitud cambió y los versículos anteriores fueron las palabras que Dios les dirigió a ellos. Dios te acompaña siempre, pero no esperes que te diga “yo estoy contigo” si lo que estás es “flojeando” y haciendo todo, menos obedecerle.\n\nEficiencia de la palabra\n Una de las cosas que más animan es ver cómo Dios hace milagros y confirma su palabra mientras vamos andando en el caminar cristiano. La última sección de nuestro versículo dice “y confirmando la palabra con las señales que la seguían”. Estas señales son las que en el evangelio de Marcos, el mismo Jesús menciona en Marcos 16:17-18 “Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos, y si llegan a beber cosa venenosa, no les dañará. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”. Justamente estas señales acompañaron a los apóstoles cuando se lee desde el capítulo tres en adelante de hechos, o cuando se estudia la vida del apóstol Pablo.\n\n Ellos vivieron cosas increíbles, es cierto; pero no contaban con uno de los privilegios más grandes que es tener todo el mensaje de Dios colocado en un libro (la Biblia). Hoy día, los milagros más frecuentes que confirman la predicación de la palabra es ver cómo drogadictos cambian su rumbo y se vuelven a Jesús, cómo alcohólicos dejan de serlo; ver el cambio de sociedades completas como consecuencia de la predicación del mensaje de la palabra de Dios. Dios hace milagros, más de los que nos damos cuenta. Él está allí obrando en nuestras vidas y a nuestro alrededor, confirmando el mensaje que anunciamos. \n\n Es posible que vivas experiencias increíbles mientras le sirves, pero ninguna de ellas debe sustituir tu obediencia y confianza en Dios.\n\n Él tiene el poder para confirmar su palabra, para hacer que haga el efecto que debe hacer. Su misma palabra afirma su grandeza y su poder. Y hoy podemos decir una y otra vez lo que dice Deuteronomio 10:17 “Porque Jehovah vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Es Dios grande, poderoso y temible, que no hace distinción de personas ni acepta soborno.”\n\n La vida es como una obra de arte; le vamos dando forma hasta que finalmente queda terminada. Que la escultura de tu vida, al final de tus días, tenga un sólido y bien marcado sello: el de haber obedecido a Cristo Jesús.'
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