¿Cuál Camino?

La carne no puede admitir a Dios. (Romanos 8:1-13)\n\nMuchas personas tratan de justificar su manera de vivir diciendo que “debido” a la debilidad de la carne, hoy día no se pude ser fiel a Dios. Ellos entienden que el problema o la razón de su situación personal es “externa” a ellos, por ejemplo: Los programas de televisión, los compañeros de trabajo o escuela, familiares, otros.\n\nUn Profesor del Seminario, nos comentaba: “Carne o Espíritu, tú decides a quién alimentas más y a quién no.” \n\nGálatas 5:17: “Porque la carne desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, para que no hagáis lo que quisierais”. \n\nEl uso de “carne” en este pasaje es un ejemplo de lo que algunos llaman el sentido ético de la palabra. Indica la naturaleza humana pecaminosa. A la luz de la lista de sus obras en Gálatas 5:19–21 que incluye pecados como enemistad, celos e ira es claro que no se limita a lo sensual. \n\nDe modo que carne en este sentido abarca la tendencia pecadora del hombre en el sentido más amplio, la de una vida separada de Dios y enfocada en sí misma.\n\nLa carne sólo puede producir muerte (Romanos 8:6).\n\nLa “mentalidad” de la carne es decir, la inclinación de la naturaleza pecaminosa es muerte. Tiene en sí todo el potencial de la muerte, lo mismo que una sobredosis de veneno. \n\nPero la “mentalidad” del Espíritu es vida y paz. El Espíritu de Dios es la garantía de vida que es vida verdadera, de paz con Dios, y de una vida con serenidad.\n\nLa carne es incompatible a Dios (Romanos 8:7).\n\nLa Biblia nos señala que los deseos, pasiones y placeres de la carne, tienen como resultado final la muerte y separación de Dios.\n\nTenemos que comenzar, aceptando como realidad que el problema se origina en nosotros mismos, y debemos dejar de tratar de justificarnos con Dios acerca de la razón por la cual no podemos vencer nuestros deseos carnales.\n\nSantiago 1:15: Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.\n\nRomanos 3:23: por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios\n\nTambién menciona que no combatir esos deseos hace que la carne y el pecado nos esclavice.\n\nJuan 8:34: Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.\n\nLa Biblia nos dice que no permitamos o proveamos que el pecado y los deseos de la carne reinen en nuestros cuerpos.\n\nRomanos 13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. \n\nRomanos 6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias.\n\nGálatas 6:7-8 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.\n\nEl pecador es un rebelde contra Dios y tiene una rivalidad activa contra Él.\n\nEl rebelde quiere su propia voluntad, no la de Dios. Quiere ser su propio amo, y no inclinarse a Su gobierno. Su naturaleza es de tal manera que ni siquiera puede sujetarse a la ley de Dios. No es sólo la inclinación lo que falta, sino también el poder. La carne está muerta para con Dios.\n\nEl Espíritu da Vida (8:9)\nRomanos 8:1: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.\n\nAsí como el pecado y la muerte reinan en aquellos que no conocen a Cristo, el Espíritu Santo, Dios Padre y Cristo (camino, verdad y vida Juan 14:6) reinan y permanecen en los verdaderos creyentes.\n\nEntonces, ¿para quiénes no hay ninguna condenación? para “los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. \n\nNo hay puntos medios, o se anda conforme a la carne o conforme al Espíritu (vv1, 4); se piensa en las cosas carnales, o en las del Espíritu (v5); nos ocupamos en las cosas de la carne, o en las del Espíritu (v6); si vivimos conforme a la carne, no podemos vivir conforme al Espíritu (vv8, 9); se tiene al Espíritu de Dios, o no (v9); se está vivo, o muerto (v10); o se es hijo de Dios, o no se es (v16). También debemos estar conscientes que el verbo “andar” es sinónimo de “vivir”. \n\nLa vida cristiana no consiste en buenas intenciones, ni en meros deseos; tampoco en impresiones académicas, ni en abstracciones teológicas. Esa vida es eminentemente objetiva. La teología es práctica, no teórica.\n\nGálatas 5:25: Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.\n\nEl Espíritu en el creyente (Rom 8:10).\n\nEl Espíritu no está en el creyente tan sólo para socorrerlo del mal, sino para introducirlo profundamente en las cosas de Dios.\n\n¿Cuál es el principio de su andar: la carne o el Espíritu, la naturaleza vieja o la nueva, la corrupción o la gracia? ¿Para cuál de estos hacemos provisión, por cuál somos gobernados? La voluntad sin renovar es incapaz de obedecer por completo ningún mandamiento. \n\nLa ley, además de los deberes externos, requiere obediencia interna. Dios muestra su aborrecimiento del pecado por los sufrimientos de su Hijo, para que la persona del creyente fuera perdonada y justificada. Así, se satisfizo la justicia divina y se abrió el camino de la salvación para el pecador. \n\nEl Espíritu escribe la ley del amor en el corazón, y aunque la justicia de la ley no sea cumplida por nosotros, de todos modos, bendito sea Dios, se cumple en nosotros por la obra de nuestro Señor Jesucristo.\n\nTener el Espíritu de Cristo significa haber cambiado el propósito de nuestra vida, dejando lo que nos satisface de forma egoísta para cumplir los propósitos del Reino de Dios y obedecer lo que nos ordena nuestro Señor Jesucristo y seguir Su ejemplo, lo que sólo podemos hacer con Su ayuda.\n\nEn Romanos en el Capítulo 7 Pablo dice con un tono bien frustrado, “.... miserable de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerto porque estoy atado al pecado?...”\n\nPero entonces en el Capítulo 8, está diseñado para consolarnos, para aquietarnos, para asegurarnos, para decirte, mira, es cierto, tú eres un pecador, pero ¿sabes qué? Hay una solución a tu problema. Por eso Pablo dice: “... ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.”\n\n¡Gracias a nuestro Señor Jesucristo por Su gracia que nos salva y nos da poder para vivir conforme a Sus principios y nos ha dado una nueva naturaleza!'
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