De Regreso A Casa
Ricardo se alejaba de sus padres, la lagrimas corrían de sus mejillas y la tierra bebió sus lágrimas y anunció al cielo el dolor de Ricardo.\n\nPasados tres años, lejos de su hogar, Ricardo trabajaba en un restaurante cuyo dueño lo hacía trabajar sin descanso.\n\nMientras tanto sus padres habían recibido a Jesús en sus corazones y apesadumbrados decían a su Pastor: Extrañamos tanto a nuestro hijo, estamos tan arrepentidos, cuán injustos hemos sido con él y cómo lo hostigamos hasta el cansancio para que dejara de asistir a la iglesia.\n\n¡Iremos en su búsqueda!\n\nPreguntemos al joven que cruza la avenida ¿Qué lugar le gustaría conocer?, y a donde él nos responda iremos, !bien! El joven les respondió: ¡Me gustaría conocer la ciudad de la Amistad! ¿Y dónde queda eso joven En Perú, en una ciudad de nombre Chiclayo. Los Padres dieron gracias a Dios y abordaron el avión y fueron para aquella ciudad.\n\nLlegando a Chiclayo ayunaron, al día siguiente muy temprano dirigieron sus pies a un espacioso restaurante y pidieron desayunar.\n\nEscucharon unos gritos: ¡La semana que viene te terminaré de pagar y ahora vete atender a la gente que acaba de llegar!, Ricardo con la cabeza cabizbaja se acercaba hacia los visitantes y les dijo: ¿Que desean servirse señores?, Manuel al no poder contener sus lágrimas le dijo a Ricardo:\n\n¡Hijo mío, debes traernos el mejor desayuno que pueda haber en este lugar, pero debes decirle al dueño que es el deseo de los visitantes que tu te sientes a la mesa con nosotros, con la ropa que tengas y si le inquietara la razón le dirás: Que tenemos que hablar del reino de los cielos entre nosotros y que le pagaremos lo justo; Ricardo casi había olvidado de sonreír, pero en esa oportunidad su sonrisa reflejaba un alma feliz.\n\nEl dueño se esmeró en mandar a preparar lo mejor que tenía en el restaurante, mandó a Ricardo a bañarse y hasta le prestó uno de sus más caros perfumes esperando que le darían una jugosa ganancia.\n\nSusurrando a los oídos de Ricardo le decía: ¡Hijo, te extraño tanto perdóname, no he sido un buen padre para ti! ¡Tu madre y yo hemos aceptado a Jesucristo en nuestros corazones y venimos a llevarte a casa!\n\nBien señor propietario, le dije que le pagaríamos lo justo, éste mi hijo le ha servido sin descansar día tras día, le está debiendo tres meses de sueldo y también sus gratificaciones y aguinaldos, tome de la cuenta del desayuno y cobrese, porque éste mi hijo hoy mismo regresa a casa con nosotros. El dueño tartamudeando quedó como paralizado viendo alejarse a Ricardo por primera vez en su presencia sonriendo feliz.\n\nEl pastor ordenó no levantar el ayuno hasta que llegara la familia completa, grande fue su gozo cuando vieron ingresar tomados de la mano a toda la familia, el pastor corrió hacia Ricardo y le abrazó tiernamente y dijo a la congregación: ¡El ayuno se rompe ahora, organicemos una gran fiesta con cánticos y danza, porque éste nuestro hijo está de Regreso a casa!'