Débiles en la Fe (Romanos 14: 6-13)

por Martha Alicia Hernández

Hermanos míos, en estos últimos días he experimentado cosas maravillosas, cosas que no conocía; he tenido la oportunidad de tener un acercamiento con Dios como nunca imaginé fuera posible. Haciendo un recuento de mi vida, he comprobado las maravillas que el Señor mi Dios tiene preparadas para todos los que le aman, tal y como lo dice su palabra en 1ª de Corintios 2:9. Voy constatando día a día el Milagro maravilloso de la Salvación y la compañía poderosa del Espíritu Santo.\n\nSin embargo, como hermana en Cristo y formando parte de un mismo cuerpo: la Iglesia, la tristeza invade constantemente mi vida espiritual al ver cómo nos hacemos menos unos a otros, en los templos e Iglesias, y que además, yo he contribuido anteriormente en que estos conflictos y debilidad de fe, espíritu y fortaleza, se agudicen por tratar de juzgar a otros sin corregir antes mi propia vida espiritual. El señor me ha hecho entender el error en que vive su Iglesia amada, al estarnos cuidando los unos de los otros, y descuidarnos a nosotros mismos, y es precisamente esa enseñanza la que quiero compartir con ustedes.\n\nEl capítulo catorce y parte del quince del libro a los Romanos habla explícitamente acerca de este problema que tienen en común las Iglesias de Cristo. Si nosotros viviéramos nuestras vidas tal y como Dios lo marca en su hermosa Escritura, estas cosas no pasarían y tendríamos más oportunidad de trabajar para Dios, en ganar almas para Él, y restaurar a los caídos.\n\nSi Cristo te salvó fue con un propósito, hacer de ti un siervo fiel a Él, no al Pastor, no al diácono, o al líder de departamento, sino solamente a Él. En el momento que tu corazón se humille delante de nuestro padre celestial, será Él mismo quien te muestre lo que desea que cambies o desarrolles en tu vida, y vivirás una vida justa delante de Dios y delante de los hombres, no crearás contiendas ni darás ocasión de caer, sino que por el contrario, serás lumbrera entre esta oscuridad, y podrás decir complacido: "Sed imitadores de mí como yo lo soy de Jesucristo".\n\nEl querer cambiar con nuestras propias fuerzas no es posible, necesitamos buscar la ayuda de Dios, necesitamos reflexionar, no con la mente, sino con nuestro corazón y desgarrarlo de amor y necesidad delante de Él; Cuando tú hagas esto, tu vida cambiará, experimentarás, como muchos lo han hecho, el poder de Dios. No tardes mucho en actuar, recuerda que la mies es mucha y los obreros pocos y el tiempo de rendir cuentas a nuestro Dios está cerca, nadie dará cuentas por ti, ni tú darás cuenta por otros, sino solamente por tu vida, que fue comprada a precio de sangre y que quizás hasta este momento has malgastado haciendo menos la obra de Aquél que siendo Rey se humilló hasta lo sumo por ti. ¿No te gustaría conocerlo más y dedicar más tiempo a buscarlo, a adorarlo y en recibir instrucciones directas de Él?. Hazlo desde hoy, porque mañana podrías lamentarlo.'
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