Déjate Encender

Es extraño, pero mientras más conocemos a Dios, más crecen nuestras ganas de seguirlo haciendo. Es como un mar, describía una santa, que entre más te metes al fondo, vas encontrando nuevos peces, piedras, plantas, cosas insospechadas que nunca habías visto. Sólo por el hecho de “ir más a fondo”. Dios no tiene profundidad, entre más lo vayamos conociendo, más nos sorprenderemos de lo que nos tiene preparados, de su amor infinito.\n\nEste fin de semana lo pasé lejos del ajetreo continuo de la ciudad, fuera de cualquier ruido, amigos, Internet, televisión, proyecto o cualquier otra distracción que pudiera tener. Quise alejarme un poco para tener un poco más de quietud interior y exterior. No había ruido, pero estaban las palabras del Maestro. No estaban mis amigos, pero estaba con el Mejor Amigo. No había Internet o televisión, pero tenía la mejor conexión, el mejor “chat”, las mejores películas sobre mi vida que pasaban por mi mente. No me encontraba trabajando en las “cosas del Señor”, en proyectos o trabajos, pero era momento de encontrarme con el “Señor de las cosas”. Decirle mis planes para que riera un poco, escuchar los de Él y tomar estos últimos como los que necesitaba para mi vida.\n\nEn el lugar donde estaba, con la ayuda de medios concretos como eran las pláticas, la orientación moral, la oración, las lecturas sobre diversos temas muy interesantes y sobre todo, la reflexión personal y el diálogo cara a cara con Jesucristo, no tuve más remedio que darle vuelta en mi cabeza a una serie de ideas que los resumiría en una sola: “Dejarse encender”. \n\nEn un mundo que está muriendo por la falta de Cristo, que se está apagando y extinguiendo, que vive muchas veces en completa oscuridad, si no hay grandes antorchas que lo iluminen, ¿qué será de nosotros en unos cuantos años?. ¿Pero quién está llamado a ser antorcha, luz viva?. Tú papá, tu mamá, el director de tu colegio, el de la tienda de la esquina, el cartero, el policía, el viejito que pide limosna e inclusive “TÚ”. Así es, todos y cada uno de los seres humanos que tengan conciencia en este planeta Tierra, están llamados a ser faros de luz en medio de la tormenta. \n\nPero “nadie da lo que no tiene”, por lo tanto, ¿cómo queremos ser luz, si ni siquiera la tenemos?. Joven del siglo XXI, a ti que te gustan los retos fuertes, peligrosos, aventureros, te propongo uno, muy sencillo de decir pero difícil de vivir. “Déjate encender”. \n¿Parece fácil, no?. Tan fácil o difícil como lo quieras hacer. Déjate encender por la luz que nunca se apaga, que nunca se extingue, por esa vela infinita que ilumina al mundo entero con el sólo hecho de soltar unas cuantas chispas. Déjate prender por la luz de Dios. \n\nY, ¿cómo es eso?, ¿tienes que ponerte con una vela a ver a qué horas se aparece Dios a encendértela?. No exactamente. Déjate encender por aquel Maestro que llamó a sus 12 discípulos, de una forma personal hace 2000 años y que hoy lo hace contigo. Déjate encender, conociéndole cada día más pero sobre todo, aceptando sus designios y sus planes, no con resignación, sino con amor y valentía. Déjate encender como una vela suave y ligera, que no pone impedimentos. No olvides que si estás buscando a Dios ahora es porque Él ya te había buscando a ti antes. Damos un paso y el avanza 1000 más. Déjate encender en cada día de tu vida, desde el momento de levantarte hasta que anochece, como un acto de entrega y fidelidad a Él. Déjate encender cuando sea fácil y llevadero y cuando cueste un mar de dolores y sacrificios. “Amor con amor se paga”. Si Él nos amó hasta el extremo que murió por nosotros en la cruz, ¿por qué limitarnos a vivir una vida mediocre?. \n\nEsa luz que tendrás todos los días, no es “gratis”, Dios te la regala claro está, pero el costo fue la vida de su Hijo, Jesucristo. Él te pide tu perseverancia final para llegar hasta el final de tu vida con las manos vacías por haber entregado todo lo que tenías. Tienes que conservar esa luz para que no se extinga ni se acabe poco a poco. Le tienes que poner atención, es tu fe, es tu esperanza. Cuídala como lo más preciado que tienes. No permitas que nadie te la arrebate, al contrario, mejor ofrécela con gusto y anímate a encender las velas de los demás, que se encuentran apagados, confundidos y hasta tristes.\n\nTu misión en esta vida es trascender, más allá de la historia. Conoce la luz, recíbela con amor, cuídala y entrégala a los demás. Podrás transformar vidas con el hecho de que les hables de Dios un poco. El mundo de hoy lo está pidiendo a gritos, hay una sed tremenda de Dios. Pero si no eres tú, ¿quién lo hará? Si no es ahora, ¿cuándo será?. Es el momento, es el año, es el mes, es el día preciso para dejarse encender por la Gran Luz y con la nuestra ayudar a que otros también se acerquen a Él.\n\nSólo aquel que toma una decisión definitiva por Jesucristo, tendrá luz en su vida, y podrá darle un sentido auténtico y real a su existencia. “Opta por Él, empápate de Él, conócele día con día y pídele que te ayude para ser luz que ilumine a cuanta gente pase por tu camino”. \n'
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