¡Despertad, Despertad!

\"Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día\" (Romanos 13:11-12a). \n\n¡Despertad, despertad! Es el llamado que el Señor te puede estar haciendo en este momento.\n\nNuestras actividades cotidianas tales como el estudio, trabajo, diversiones y los problemas a los cuales diariamente tenemos que hacer frente, muchas veces nos envuelven en una rutina que lentamente nos introduce en un adormecimiento espiritual. Para oponernos a lo anterior, debemos de agudizar nuestro oído a la voz del Señor a través de la oración y de la lectura y exposición a la Palabra de Dios, para así obedecer al llamado de ¡despertad, despertad! Pero, ¿para qué debemos despertar?\n\n1. Debemos despertar para dar testimonio de Jesucristo. Esto no significa únicamente salir a evangelizar cuando la iglesia lo programa, ni tampoco solo cumplir con dar tratados en una parada de autobuses. Evangelizar es reflejar a Jesucristo en nuestras vidas (Colosenses 1:27-28). Esto es, que la gente pueda ver algo diferente en nosotros. Que aún sin hablar podamos dar testimonio del amor y la fidelidad de Dios. Asimismo, implica respaldar nuestras palabras con acciones. Es necesario que anunciemos el mensaje de la cruz, solo nosotros podemos hacerlo y solo a nosotros se nos ha encomendado.\n\n2. Debemos despertar para dar amor a nuestros semejantes y especialmente a los hermanos en Cristo. En nuestras mentes y corazones debe de estar siempre presente la regla de oro: \"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos\" (Mateo 7:12). No debemos de tomar en broma los sentimientos y la vida espiritual de las demás personas. Tampoco debemos abusar de la confianza de quién nos la ha dado. Antes de hacer algo que vaya a afectar a alguien, deberíamos colocarnos en su lugar y pensar si en realidad nos gustaría que lo hicieran con nosotros.\n\n3. Debemos despertar para convencernos de la omnipotencia de Dios. Quizá una de las mayores necesidades del momento en la iglesia, es reconocer que Dios tiene un total control de todo lo que existe (Jeremías 32:27) y confiar plenamente en que Él estará con nosotros tanto en los buenos momentos, como en las situaciones de crisis, tendiéndonos su mano y proveyéndonos de su paz que sobrepasa todo entendimiento. Siempre hay que recordar que si estamos dentro de su voluntad, Él nos guiará por la mejor senda, aunque muchas veces nos parezca que no lo es (Romanos 8:28).\n\n¡Despertad, despertad y despertad hoy mismo, porque la noche está avanzada y el día del Señor está cada vez más cerca!.\n\n\n \n'
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