El Joven Cristiano: Ej. en Espíritu

Debe ser un ejemplo en espíritu. Con buen ánimo, gozoso, alegre, dispuesto a servir\n\nEl optimismo, el entusiasmo, la alegría, el estar gozoso y con buen ánimo son indicadores para que una persona sea catalogada de tener un buen espíritu. El Apóstol Pablo da su consejo a su hijo espiritual Timoteo añadiendo un ingrediente importante “Que sea ejemplo a los creyentes en espíritu”. Aquí no se refiere al Espíritu Santo, sino más bien se refiere al espíritu que uno puede contagiar a otros para emprender cosas, transmitir entusiasmo en una reunión social, para contagiar de ánimo a los que se sienten decaídos, para llenar de alegría en un momento especial sea en lo familiar, estudios o de competencia y transmitir entusiasmo a los hermanos en la fe.\n\nPero lamentablemente, algunos no transmiten este buen espíritu, andan más bien con un espíritu de desanimo, como dice algún refrán “Si quieres desanimar a alguien distráelo”. Andan con un espíritu de crítica, de discordia, de contienda, de espíritu contencioso, donde el ánimo lo tienen exclusivamente para crear pleitos, promoviendo la enemistad y dejándose llevar finalmente por los celos, la envidia y la ira. El joven cristiano está llamado a tener un espíritu de amor, de unidad, de servicio, de responsabilidad, siendo de un mismo sentir en Cristo, viviendo en paz los unos con los otros, siendo amables, actuando con humildad y sencillez. Un joven con estas características dentro de su perfil cristiano, es un joven que está lleno y siendo controlado por el Espíritu Santo\n\nHay que dejar atrás lo que pueda conducir al odio, al orgullo, los celos, a la ira, a la crítica, a la contienda, a la rencilla y al enojo, el Apóstol Pablo se refiere a éstas como acciones y comportamientos del obrar en la carne y no bajo el fruto del Espíritu Santo.\n\nDios quiere y desea jóvenes cristianos de buen espíritu y de buen sentir, dispuestos a emprender grandes retos para él.\n\n“Joven, no hay propósitos en la vida fuera de Cristo Jesús”'
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