El Poder Económico y Político

Los datos de la siguiente encuesta han llamado mi atención. Lo que se les preguntó a las tres muestras fue lo siguiente: ¿Qué tan importante es para usted tener poder económico y político?\n\nLa lectura de esta información puede hacerse desde dos caminos distintos, que pueden orientar nuestras acciones con los jóvenes tanto evangélicos como aquellos que necesitan oír el mensaje de salvación. \n\nLa primera lectura, la hago a partir del supuesto que los jóvenes hayan interpretado la pregunta en el sentido de que la prioridad en sus vidas sea tener mucho dinero o tener un puesto en el que ejerzan autoridad. Quizá desde esta mirada, muy intervenida por los acontecimientos en el mundo latinoamericano, donde el dinero y la política muchas veces implica corrupción, narcotráfico o la creciente industria del secuestro. Es decir, desde este punto de vista, el tener dinero u ocupar un puesto de poder político no le interesa mucho al cristiano, a comparación de un 18 % en promedio de la muestra general y general de jóvenes, a quienes sí les interesa mucho. \n\nSin embargo, si se hace una segunda lectura, resulta preocupante que una parte grande (40%) de los jóvenes evangélicos, no les resulte importante tener poder económico o político. Recuerdo el caso de José, el hijo de Jacob, quien aparentemente no estaba interesado en el poder económico o político, sin embargo, lo tuvo de una manera relevante. El hecho de que José ocupara el puesto de segundo después de Faraón, implicó una gran bendición no sólo para el pueblo egipcio, sino también para los suyos.\n\nY digo que me resulta preocupante, porque por un lado, hemos logrado que para los jóvenes el dinero o la autoridad no sean la prioridad en sus vidas, pero por otro, no estamos alentando a los jóvenes a tener ese poder para usarlo para la gloria de Dios y para bendición de los creyentes y no creyentes. Creo que es pertinente invitar a los jóvenes a que ocupen puestos públicos, a que tengan grandes ganancias que usen sabiamente para el engrandecimiento del Reino de los Cielos, que busquen ubicarse en los lugares de influencia, para trabajar en la honestidad y beneficio de los demás. Es necesario comenzar a ver en Latinoamérica, presidentes y gobernantes cristianos, que manejen la economía de los países con la guía del Espíritu Santo. Oremos y entrenemos a nuestros jóvenes para que cada día haya una invasión de creyentes en nuestros gobiernos, para que la transformación se dé desde ahí también.\n

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