En el Abismo de las Presiones
Con el tiempo son muchas las responsabilidades que hemos llegado a tener y es necesario que prioricemos nuestra vida.\n\nNo todas las actividades, aunque sean buenas, son necesarias.\n\nTanto en el trabajo, como en el hogar y en la intimidad hay metas que alcanzar, pero en el ejercicio de ellas hemos caído en el abismo de las presiones.\n\nNuestro cerebro empieza a sobrecargarse de información no meditada y corremos el riesgo de acabar frustrados. Entonces todo se pone de cabeza no pareciendo haber solución. Aún la lucha por tener la suficiente fuerza para no declinar se esfuma.\n\nLas cosas por arreglar, el jefe al cual agradar, la pelea con el tiempo, las llamadas por hacer, la esposa por conquistar, los ensayos por escribir, etc. Todo se convierte en un peso difícil de sobrellevar, es más, si a esto le añadimos la falta de trabajo, creo que en cualquier momento “explotamos”.\n\n¿Hasta dónde se puede llegar estando en estas circunstancias?\n\nTerminamos lastimados e hiriendo a todos alrededor.\n\nHace falta un poco de sinceridad, y buscar un verdadero amigo (si no lo tiene ya es momento de que empiece a cultivarlo) el cual esté dispuesto a escuchar y comprender. Son escasos los que han dedicado su vida a entender a otros pero puede intentarlo.\n\nOtra cosa que le podría servir es que al terminar el día tome un cómodo sillón y busque un lugar tranquilo, y ahí en el silencio y en la oscuridad reflexione en el día que ha terminado. Lo mejor que puede hacer es tomar la Escritura y proponerse escuchar la voz de Dios cuando lo aconseja.\n\n¡¡Espero salga victorioso!!'