¡Es Tiempo De Creer!

En Mateo 14.22-33, encontramos a los discípulos en su barca, una tempestad que los azotaba, el miedo que los inundaba. Y en medio de esa escena, aparece Jesús sobre las aguas, ¡qué susto!... Qué increíble, ¿no? ¡Pero hay más! Vemos el claro nivel de locura de Pedro. Él le dice a Jesús, que si era Él, que lo mandase a andar por las aguas. Y eso mismo hizo Jesús, ¿y qué hizo Pedro? Fue, obedeció. Pero cometió un pequeñísimo gran error, sacó sus ojos de Jesús, miró a su alrededor, vio el viento que lo rodeaba, fijó sus ojos en la tempestad. La historia termina en Jesús subiendo a la barca, calmando la tempestad, y los discípulos adorándolo reconociendo que era el Hijo de Dios.\n\nNuestra vida a veces está así, siendo azotada, llevada de lado a lado, afectada por todo tipo de catástrofes. Y en medio de esa tormenta, que si bien nos está desbaratando la vida, seguimos en nuestra barca. Estamos en nuestro lugar seguro (aunque igual estemos asustados), en medio de toda esa vorágine. Y en eso, alguien irrumpe en nuestra vida. Alguien a quien le creemos, le confiamos todo lo que somos, a quien le encomendamos nuestra vida, ese es Jesús. Y ese mismo Jesús es el que nos pide que salgamos de nuestro lugar ‘seguro’, y nos desafía. Nos desafía para ver si somos capaces de salir de ese lugar de comodidad, si somos capaces de arriesgar nuestra vida por creer lo que Él nos dice que hagamos. ¿Y vos qué? ¿Sos capaz? ¡Ojo! Mirá que esto implica abandonar tu lugar de comodidad y quedar al descubierto. Quedar a la intemperie, a los vientos que puedan venir, al ataque de Satanás. Y sí, la realidad es que no le va a gustar ni un poco que salgas de tu lugar de comodidad, vas a comenzar a ser un estorbo para él, una verdadera molestia. Porque lo vas a incomodar, vas a irrumpir en sus planes, los vas a estropear, vas a arrebatar almas de sus manos, y va a querer verte destruido. Va a querer verte derrotado, va a querer verte caer, sin fuerzas, sin ánimo, y va a usar sus mejores estrategias para hacerlo. \n\nEstando en tu lugar de comodidad, no pasa nada. No hay riesgos para él, no lo molestás, no le afecta tu existencia. Pero si salís de tu comodidad, sos enemigo en potencia. Vas a ser su blanco, vas a ser su dolor de cabeza, vas a ser su pesadilla. Yo quiero ser su mayor pesadilla, ¿y vos? Pedro se animó a aceptar el desafío que Jesús puso ante él, él le creyó a Jesús, él avanzó sin importar la tormenta, él hizo lo imposible ante los ojos de los hombres. Es tiempo de no mirar nuestros límites, de no mirar nuestras incapacidades ni impedimentos, es tiempo de creerle a Él. Pedro se encargó de hacer lo que él podía hacer, caminar, y Jesús se encargó de hacer lo imposible, que sea sobre las aguas. Es tiempo de hacer lo posible, lo que nosotros sabemos hacer, y Él se encarga de hacer de eso tan simple, un milagro. \n\nÉl es el que le da a nuestra vida ese tinte sobrenatural, podemos seguir caminando como lo venimos haciendo, como algo natural; o podemos comenzar a caminar hacia donde Dios nos manda, y que Él haga lo sobrenatural en nuestro andar. Eso sí, no perdamos nuestra vista de Jesús. ¡No lo hagamos! Pedro lo hizo, miró a su alrededor, miró las circunstancias, miró las dificultades, miró la tormenta, perdió su vista de Jesús, y comenzó a hundirse. Con nuestra vida pasa lo mismo, cuando dejamos de mirarlo a Él, nuestra vida comienza a hundirse, la tormenta comienza a ser más fuerte que nosotros. Pero no queda ahí! Automáticamente reorientamos nuestra mirada hacia Él, hacia el Dios de imposibles, hacia el Dios de milagros, y Él nos vuelve a levantar, nos vuelve a sostener. Él entra en nuestra barca, y calma nuestra tempestad. \n\nEs tiempo de creer más allá de lo que nuestros ojos ven, y comenzar a ver a través de los ojos de Dios. Confiar en Él, si Él dice que podemos, ¿cómo no vamos a poder? Si Él dice que tenemos el poder en Él para hacer maravillas, ¿cómo no las vamos a hacer? Si Él dice que nos da por herencia las naciones, ¿qué fronteras nos pueden parar? Si Él dice que mayor es el que está en nosotros, que el que está en el mundo, ¿qué nos puede detener? Si Él dice que no hay cosa que sea imposible para Dios, ¿qué cosa puede ser tan difícil que Él no la pueda cambiar? Si Él dice que todo lo podemos hacer en Cristo que nos fortalece, ¿qué cosa habrá que no podamos hacer aferrados a Él? Si Él dice que sus ojos están puestos sobre nosotros, y que Él nos va a enseñar el camino por donde debemos andar, ¿cómo nos vamos a perder? Si Él dice que confiemos en Él, y Él hará, ¿cómo no confiar en Él?... Él no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.\n\n¡Es tiempo de CREER!'
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