Mundo Postmoderno: Esaú

PASAJE BÍBLICO\nGénesis 18:16-33\n\nIDEA PRINCIPAL\n\nEsaú buscó satisfacer sus impulsos y deseos de forma inmediata sin pararse a valorar las implicaciones y consecuencias de sus decisiones.\n\nDESARROLLO\n\nEsaú era el primer hijo de Isaac, el primogénito, el heredero.\n\nLa primogenitura, es decir, los derechos concedidos al primer hijo, era una institución muy importante en el mundo antiguo y así lo atestigua la Biblia.\n\nEl primer hijo se beneficiaba de una herencia considerablemente mayor que el resto de sus hermanos. De esta manera se trataba de garantizar que los patrimonios no se disolvieran con sucesivas reparticiones.\n\nPero las ventajas del hijo mayor no eran únicamente de índole económica, aunque estas, eran notables. Juntamente con una porción mayor de los bienes y recursos familiares también recibía la jefatura de la familia. \n\nSe convertía en el jefe de la familia, el clan o la tribu y eso le atribuía funciones de tipo social, judicial y religioso muy importantes. El estatus del primer hijo conllevaba todas esas ventajas y responsabilidades. \n\nParece ser que el único inconveniente de la primogenitura consistía en que había que esperar hasta la muerte del padre para poder disfrutar de la herencia y de todos los derechos y privilegios que la jefatura familiar conllevaba. \n\nEn resumidas cuentas, el hijo mayor debía aprender a postergar su gratificación para un futuro que nadie sabía exactamente cuando iba a presentarse.\n\nNo es aventurado afirmar que Esaú debía ser una persona impulsiva e incluso tal vez compulsiva. Sus impulsos y deseos debían ocupar un lugar muy importante en su vida. \n\nSi nos hacemos una idea de él con base en el pasaje de Génesis 25, todo parece indicar que cuando un deseo o impulso se apoderaba de su mente no paraba hasta satisfacerlo. \n\nPuede ser que estos deseos e impulsos se convirtieran en obsesivos y, por tanto, se veía forzado, obligado o empujado a satisfacerlos, y por hacerlo, no siempre se fijaba en el precio que debía pagar por ello. \n\nAlguien puede pensar que mis juicios sobre Esaú son osados y arriesgados. Creo que no. Fijémonos en todo lo que Esaú estaba dispuesto a perder y a cambio de qué estaba dispuesto a perderlo.\n\nEl pasaje, aunque lacónico y escueto, nos indica que Esaú con total frivolidad despreció sus derechos como hijo mayor –ya hemos hablado de todo lo que implicaba- simplemente porque tenía hambre y quería satisfacer de forma instantánea su impulso y su deseo. \n\nSi alguien está dispuesto a dejar tanto por tanto poco, todo parece indicar que nos encontramos ante la descripción de una persona incapaz de postergar su gratificación. Nos encontramos ante alguien que no se para a valorar ni pensar las consecuencias e implicaciones que satisfacer sus impulsos podría traerle a medio y largo plazo.\n\nEsaú estaba dispuesto a hipotecar su futuro a cambio de una breve, simple y pasajera gratificación presente.\n\n\nAPLICACIÓN EN UN MUNDO POSTMODERNO\n\nUna de las características de la sociedad en que nos ha tocado vivir es su capacidad para despertar en nosotros todo tipo de impulsos y deseos y manipularlos hasta convertirlos en necesidades vitales que deben ser satisfechas, a menudo, a cualquier precio. \n\nDe hecho, la sociedad del capital funciona de esta manera. El ser humano tiene una gran necesidad de llenar su sentido de trascendencia, el vacío existencial provocado por su alejamiento y ruptura con Dios.\n\nAprovechando esta realidad la sociedad nos ofrece todo tipo de productos, experiencias y servicios que promete podrán hacernos felices y satisfacer nuestra necesidad de trascendencia. \n\nLa presión es tan fuerte, y en ello los medios de comunicación y la publicidad son expertos, que, a menudo, nos vemos impulsados a satisfacer nuestras necesidades sin pararnos a considerar el coste, las implicaciones, las posibles consecuencias que ello nos reportará. De forma consciente o inconsciente identificamos la satisfacción de las mismas con nuestra felicidad y, en consecuencia, queremos satisfacerlas.\n\nEsaú nos desafía a mirarnos en su ejemplo y aprender, en primer lugar a postergar la gratificación y en segundo lugar a nunca tomar decisiones sin considerar y hacer un cálculo de las implicaciones, consecuencias e hipotecas que podrán acarrearnos.\n\nLa presión de Esaú no es muy diferente de la que todos vivimos, una presión a ser felices hoy satisfaciendo todo lo que queremos, todo lo que deseamos, todo lo que ansiamos. El precio, no vale la pena considerarlo, vivamos el presente, qué importa el futuro.\n\n\nPREGUNTAS DE INTERACCIÓN\n\n1. ¿Sabes postergar la gratificación?\n\n2. ¿Cómo reaccionas cuando tus necesidades se vuelven compulsivas?\n\n3. ¿Han llegado tus impulsos y deseos a controlarte y dominar tu conducta sin permitirte pensar en las consecuencias o ser indiferente a ellas?\n\n4. Si tu respuesta a la pregunta anterior es afirmativa ¿Qué puedes hacer al respecto? ¿Dónde puedes encontrar ayuda?'
Scroll to Top