Imitemos a Jesús

-Jesús salvará a su pueblo de sus pecados\n\nEl nombre de Jesús fue dado por el ángel Gabriel. Y es el nombre que nos ha sido dado para salvación a todo aquel que cree en Jesús. El tendrá misericordia de todos los que decidan ser parte de su pueblo. El pueblo de Dios hoy es su iglesia. \n\nPor medio de su sacrificio en la cruz, Jesús cargo sobre El nuestros pecados, quitando nuestra culpa. Hay que aceptar, por medio de la fe, lo que Él hizo para nuestras vidas. No puede haber salvación independiente de Jesús. Jesús y su iglesia son inseparables.\n\n-Jesús es el Hijo amado del Padre\n\nCuando Jesús ascendió del río Jordán donde fue bautizado, se escuchó una voz que decía , este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia. Jesús fue amado por el Padre, y nosotros, somos amados por medio del Hijo, dice el libro de Efesios: según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.\n \nAl Hijo amado el Padre no le niega nada, y aquellos que son amantes del hijo son participes con la bendición y heredad de Jesús. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? \n\nTambién vemos a Daniel en el Antiguo Testamento cómo el Padre responde a su oración, por el amor que Daniel le profesaba. Y me dijo: Daniel, varón muy amado... porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido...\n\nEl hecho de ser amado por Dios no nos librará de las pruebas y de todo lo que Dios tenga dispuesto para nosotros, Jesús, el amado del Padre padeció, y dice la Escritura por lo que padeció aprendió la obediencia. \n\nY Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.\nY aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.\n \nSi él siendo Hijo amado del Padre padeció, ofreció ruegos y súplicas, con gran clamor y lágrimas, ¿dónde quedaremos nosotros, si no imitamos el andar e Cristo? Como dice el apóstol Juan: El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.\n\nJesús es nuestro ejemplo de vida, en su andar en su sufrir, en su actuar, Jesús dijo aprended de mí...'
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