Mundo Postmoderno: Juan el Bautizador

PASAJE BÍBLICO\nMATEO 3:1-12; MARCOS 1:1-8; LUCAS 3:1-9, 15-17; JUAN 1:19-28\n\nIDEA PRINCIPAL\n\nLa proclamación del mensaje de Dios en medio de una sociedad pluralista y tolerante.\n\nDESARROLLO\n\nJuan el bautizador debía ser, sin duda, un personaje peculiar. No sólo por aspectos, digamos, anecdóticos, tales como el lugar donde vivía o la interesante dieta alimenticia que seguía. Su aspecto exterior debía ser totalmente llamativo. Ahora bien, lo más impactante de su vida era, sin ningún tipo de dudas, su mensaje y su predicación.\n\nEl mensaje de Juan era totalmente radical. Como decimos en España, llamaba a las cosas por su nombre y no tenía pelos en la lengua, decía las cosas como eran y no se preocupaba por ser políticamente correcto, por agradar a sus oyentes o por el impacto que sus palabras y predicación pudiera tener sobre ellos.\n\nLa predicación de Juan era una predicación de denuncia. Declaraba que el pueblo estaba en pecado y que debía arrepentirse, cambiar de vida y demostrar con un estilo de vida diferente la realidad de su cambio. Prueba de su deseo de vivir de otro modo era aceptar el bautismo de arrepentimiento.\n\nEl contenido de su predicación era claro y directo. Como hemos señalado en el párrafo anterior hablaba de pecado, de necesidad de cambio y de la necesidad de demostrar el cambio con hechos concretos, con conductas diferentes.\n\nSu lenguaje podría ser considerado hasta ofensivo. Los saduceos y los fariseos también se acercaban para escuchar su predicación. Los saduceos estaban fundamentalmente ligados al poder romano y al control del templo de Jerusalén y todos los oficios religiosos a él ligado. Los fariseos, por el contrario, sin despreciar el templo, no sentían una especial veneración por él y su vida giraba más alrededor de la piedad personal y la sinagoga.\n\nA unos y a otros –volviendo al tema del lenguaje ofensivo- Juan los designaba como raza de víboras, desde luego no parece la mejor manera de ganar amigos entre el auditorio.\nEn su deseo de decir las cosas claras y predicar de forma directa, Juan no sólo se enfrentó con las élites religiosas, también lo hizo con las fuerzas armadas y con los recaudadores de impuestos. Tanto a unos como a otros les confrontó con sus actuaciones y conductas injustas e ilegales y les conminó al arrepentimiento y al cambio.\n\nSu denuncia del pecado le hizo ser totalmente políticamente incorrecto. No se paró ante nada ni ante nadie. Su predicación clara, directa y sin ambages le enfrentó incluso con la realeza del país. Juan denunció al gobernante Herodes porque vivía en pecado con Herodías, la mujer de su hermano. Aquello le llevó a parar con sus huesos en la cárcel y posteriormente a ser ejecutado por su continuada denuncia del pecado.\n\nEn su tiempo Juan era considerado como un radical. Jesús se hace eco de lo que sus contemporáneos pensaban acerca de su primo. Indicó que mucha gente pensaba que Juan tenía un demonio porque ni comía ni bebía. Sin duda debía ser un comentario con relación a su vida ascética, pero refleja la visión del bautizador como un excéntrico a los ojos de su generación. \n\nSin duda Juan era un radical en su estilo de vida y en su predicación. Su radicalismo le llevó a enfrentarse con aquellos coetáneos que vivían en pecado y a no pensar en cómo su mensaje sería recibido por aquellos que lo escuchaban. Conocía la verdad, tenía un claro sentido de lo correcto y lo incorrecto y actuaba en función de ello. \n\n\nAPLICACIÓN EN UN MUNDO POSTMODERNO\n\nLa nueva tolerancia es una de las características más peculiares de la sociedad postmoderna. La nueva tolerancia declara que la verdad y la moral son única y exclusivamente construcciones sociales.\n\n¿Qué quiere decir esto? Significa que no existen verdades ni principios morales absolutos, eternos y que no cambian. La verdad y la moralidad es algo que los seres humanos construimos. Un grupo de seres humanos se pone de acuerdo y decide que para su grupo ciertas cosas serán verdad y otros no, ciertas cosas serán moralmente permisibles y otras no.\n\nNaturalmente esas decisiones pueden ser cambiadas cuando el grupo lo decida ya que ellos mismos las crearon. Así mismo, esas decisiones no afectan a otros grupos que no las acepten o no las consideren como propias.\n\nSi la verdad y la moral son construcciones sociales llevadas a cabo por los seres humanos y todos los seres humanos son iguales, ¿cuál es la conclusión lógica? Todas las verdades y todos los principios morales son iguales, igualmente válidos e igualmente respetables.\n\nAdemás, si la verdad y la moralidad es una construcción humana y hay muchos seres humanos, consecuentemente habrá muchas verdades y morales diferentes y ninguna manera de distinguir entre unas y otras ya que todas serán igualmente válidas y respetables.\n\nConsecuentemente en una sociedad postmoderna nos encontramos con muchas verdades y morales, todas son construcciones sociales, todas son igualmente válidas y no hay forma de distinguir entre unas y otras, por tanto, lo que debemos ser es tolerantes.\n\nEn nuestra sociedad tolerancia significa que en base a lo dicho anteriormente nadie puede criticar las verdades o estilos de vida de otros ya que todos son iguales.\n\nComo bien podemos deducir eso hace muy difícil para el cristiano hacer juicios morales o éticos sobre la forma de vivir, pensar y actuar de individuos o sociedades. De pretender hacerlo seremos tachados de intolerantes, lo cual, es el peor pecado que se puede cometer en la sociedad postmoderna.\n\nEsto puede llevar a muchos cristianos a la autocensura, a no verbalizar el mensaje del Evangelio con sus implicaciones de pecado, necesidad de cambio y arrepentimiento, ya que de hacerlo serían tachados de intolerantes y estigmatizados social y culturalmente. Hace tan solo unos meses un pastor pentecostal sueco fue condenado a un mes de prisión por predicar acerca de la homosexualidad como pecado.\n\nJuan nos desafía a una predicación y denuncia del pecado valiente y osada, aunque eso pueda llevarnos a ser tachados de políticamente incorrectos y a enfrentarnos con las fuerzas culturales, sociales y políticas de nuestra cultura. Juan nos desafía a seguir su ejemplo y denunciar las cosas tal y como son, sin pelos en la lengua, sin cortapisas culturales, aunque con respeto a la dignidad y valor de todo ser humano.\n\n\nPREGUNTAS DE INTERACCIÓN\n\n1. ¿Puedes identificar en tu cultura la presión de la nueva tolerancia?\n\n2. Si tu respuesta ha sido positiva ¿En qué maneras se manifiesta?\n\n3. ¿Qué deberíamos hacer los creyentes ante una cultura en que todas las verdades son iguales –aunque sean contradictorias- y todas las morales y comportamientos éticos también?\n\n4. ¿Cómo podemos mantener una noción del bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, lo falso y lo verdadero en tal sociedad?'
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