Cuenta la leyenda que, una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciernaga.\n\nÉsta huía rápido, con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no desistía.\n\nYa sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:\n- ¿Puedo hacerte tres preguntas? La serpiente le contestó: no acostumbro a dar este último deseo a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar.\n\n- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? NO\n- ¿Yo te hice algún mal? NO\n- ¿Entonces por qué quieres acabar conmigo?\nLa serpiente respondió vilmente, porque no soporto verte brillar.\n\nAsí sucede en nuestro alrededor, con nuestros propios amigos, con el ministerio que DIOS nos encargó. Crecemos espiritualmente y muchas personas sienten envidia de ese crecimiento, y podemos decir con propiedad que no tenemos la lucha contra carne sino contra principados y huestes de maldad. Lo que daña el corazón humano es el Poder. \n\n¡Hermano! Sólo te digo, sé como esa luciérnaga, brilla cada día y coloca en manos del Señor tu voluntad.'