Liderazgo Vital 1: Delfines
A veces, las historias de los libros son interesantes, pero las mejores son las personales y reales. Esto es una historia real, y muy reciente. \n\nEl otro día, las ex-compañeras de estudios de mi mujer nos convocaron para una reunión (con bastante urgencia) en Valencia. Para que fuera divertido, habíamos quedado en el OCEANOGRAFIC. Lo del \'Oceanografic\' supusimos que era por tener una bonita excusa. Lo de la urgencia no lo entendimos. \n\nNo hay nada como un poco de confusión para ponerse a pensar. Recientemente, una de las compañeras de estudios y residencia de Beatriz, se ha quedado viuda, y tiene una niña de 3 añitos. Otra de las amigas ha perdido hace muy poco a su madre. Pensamos que tal vez, después de habernos visto en situaciones desagradables, querían que nos viesemos en otras mejores... y tal vez darnos alguna noticia. \n\nY pensamos que tal vez, alguna de sus amigas estaría embarazada. Y acertamos al 50%. DOS de ellas estaban embarazadas. Otros nuevos seres que van a tener que ser \"entrenados\" en habilidades de la vida. \n\nLa mamá viuda, con su niña de tres años, sin haber recibido ningún curso acelerado de \"Como Educar a una Niña de Tres Añitos\", lo estaba haciendo a la perfección. La quiere, pero es muy dura con ella cuando es necesario. Nunca la amenaza con abandonarla por ahí, ni le castiga innecesariamente... ni le pide lo que es imposible para su edad. La colma de amor, pero también de disciplina. De esa, de la disciplina, nuestros padres probaron tal vez de más. \n\nCreo que el OCEANOGRAFIC de Valencia es un lugar donde todas las personas que hacen que \"las personas hagan cosas\" (padres, jefes, líderes...), deberían visitar. Es una gran lección a muy bajo precio. Y además es divertida. \n\nLa estrella del espectáculo era el DELFINARIO. Era un lugar adecuado para desconectar del trabajo, pero a veces, nuestras mentes buscan respuestas en momentos poco adecuados...y era el caso. Así que mis neuronas comenzaron a hacer conexiones, y a buscar relaciones... el entrenador es mi jefe... pero el entrenador NO ES UN DELFÍN... hay un grupo de delfines... los trabajadores... Hay tres parejas de delfines, uno profesional (el de la \'pista central\'), y otros dos enseñándose... vamos a ver qué hacen... el entrenador le da un pescado cuando lo hace bien: PREMIA UNA BUENA ACTUACIÓN, y deja sin recompensa una mala actuación... no da pescado... El entrenador PREMIA UNA ACTUACIÓN cuando \"se parece\" a una buena actuación, cuando el delfín es \'novato\'.\n\nLa metáfora viviente cobra valor... las asociaciones se suceden...\n\nNo hay prisa. El tiempo no es cálido, y el frío nos envuelve. Una de las futuras mamás tiene frío. Su marido le tapa con su cazadora... nueve meses aproximadamente para crear un milagro... el tiempo es importante cuando se trata de crear algo grande, otra asociación, como el tiempo que tarda un entrenador en hacer que el delfín haga cosas.\n\nEl entrenador no es un delfín:\n\nEl entrenador lo único que tiene que saber es QUÉ QUIERE QUE HAGA EL DELFÍN. Entre los dos hay complicidad. El entrenador tiene recompensas (pescado) y el delfín lo quiere, y tiene habilidades. \n\nHacerle saltar por la cuerda\n\nUno de los ejercicios más fáciles de entrenar, es el de hacerle saltar para recoger un pescado en un sitio muy alto. Primero se lo pones a la altura que llegue, después vas subiendo, después más... hasta que llega al límite. La recompensa ES SIEMPRE LA MISMA, pero el reto no. Interesante. \n\nPero hay un problema. No entendía como hacían para hacerle saltar la cuerda. Si pones la recompensa en el otro lado, sería normal que fuera por el lado más fácil, o sea, por bajo de la cuerda. Aquí hay algo que no me cuadraba. \n\nPero de nuevo hay complicidad: el entrenador sabe qué es lo que quiere, quiere un delfín campeón, saltando sobre una cuerda, que hará que el público aplauda al delfín, y a su entrenador. El público no aplaudirá sólo al entrenador. Y el delfín además se llevará su recompensa... ¿cómo lo hace? \n\nYo lo había leído antes. Es muy simple. El delfín no es tonto, y su entrenador tampoco. No le ponen descargas eléctricas, ni le amenazan con echarlo de la piscina, ni le pegan, ni le castigan sin comer. Simplemente ponen la cuerda LO MÁS BAJO POSIBLE. El delfín aun no sabe adónde quiere ir a parar el entrenador, y nada aleatoriamente por la piscina. Y en un momento dado, pasa por sobre la cuerda. El entrenador le recompensa con un pescado. Y el delfín tal vez piensa en delfinés: \"lo que quiere es que pase por donde está la cuerda\". Y ya tiene al delfín dando vueltas por encima de la cuerda, aún bajo el agua. \n\nPero su entrenador sabe donde está el objetivo: el espectáculo. Así que lo que hace es subir la cuerda, hasta la mitad del nivel del agua. Y el delfín sigue \"jugando\", pero esta vez tiene recompensas a veces, y otras veces no tiene recompensas. ¿Qué está pasando? Y vuelve a pensar en delfinés \"aquí hay truco\" (pero no engaño) ¿que pretende de mí?. Me está exigiendo algo más, y tengo que saber qué es. Así que, el delfín piensa, y piensa, y se da cuenta que cuando pasa POR ENCIMA de la cuerda, tiene recompensa, y cuando pasa por bajo, no. LA RECOMPENSA ES LA MISMA, pero el reto es mayor. \n\nEl delfín y el entrenador ya se han comunicado el objetivo. Ahora sólo se trata de ir subiendo, subiendo, y subiendo poco a poco la cuerda, con la ayuda del tiempo, y dejando que el delfín tome habilidad. \n\nEl resultado es un delfín campeón, feliz de saber que está haciendo lo que quería su entrenador y él, y recompensado. Pero jamás subirá la cuerda más allá de la habilidad del delfín.\n\nTodo esto ocurría en \"la pista central\", donde está todo el público. Pero a los laterales, habían dos entrenadores jovenes aprendiendo a ser entrenadores, y cada uno tenía dos delfines, aprendiendo a hacer piruetas. Mientras todos miraban a los delfines \"profesionales-campeones\", me dediqué a mirar a estos. \n\nEn un chasquido, uno de los entrenadores hizo la señal para que se elevaran dos delfines sobre el agua con la aleta. Los delfines-profesionales se elevaron a la perfección. Un delfin pesa unos 150 kg, y elevarse sobre la aleta es difícil. Y uno de los delfines-novatos, lo hacía muy bien para ser novato, y recibía recompensas. Y el otro no lo hacía bien. Y no recibía recompensas. PERO TAMPOCO CASTIGOS. El entrenador utilizaba una técnica simple: recompensaba el que hacía lo correcto, para que el otro no sólo lo supiera por recompensa, sino que además lo podía saber por comparación. Cuando lo hacía aproximadamente bien, recibía de nuevo recompensa.\n\nHay que tener en cuenta que se les exige según su habilidad. La recompensa de un novato es LA MISMA que la de un profesional. El profesional recibe más porque acierta más veces...\n\nCuando se les hace cantar, el entrenador le hace una señal, como si fuera una batuta de músico, y el delfín se eleva sobre su aleta, y comienza a hacer sonidos IMPERCEPTIBLES por el oído humano. Pero eso no hace vibrar al auditorio, porque no lo oímos (¿los clientes?). Entonces el delfín comienza a bajar la frecuencia de su sonido, hasta que el entrenador le hace una seña: YA TE OIGO. Y el público también. Otra bella metáfora, esta vez sobre la comunicación.\n\nEl delfín puede saber incluso más que su entrenador (no sabemos mucho de su inteligencia -de los delfines-) e incluso tener habilidades muy superiores (un delfín puede saber si una mujer está embarazada, porque puede emitir y recibir ultrasonidos, haciendole una ecografía a la mujer... ¿como habrán averiguado esto sin saber delfinés?). \n\nMientras estaba observando a los delfines, los entrenadores, los niños que reían, aplaudían, etc., no pude evitar mirar a mi alrededor: dos futuras mamás, una mamá con una niña de de tres años, y muchísimas más con sus niños mirando el bello espectáculo. TODAS LAS RESPUESTAS ESTÁN YA DENTRO DE NOSOTROS. Sólo es necesario que alguien o algo las haga saltar. \n\nEl proceso de liderazgo, del que se ha escrito tanto y tanto, estaba ahí. Amor, Disciplina, Complicidad, Comunicación, ayuda del tiempo, exigir sólo lo que es posible, retos, recompensas...\n\nTambién vi peces tropicales de colores, y tiburones, pero eso es tema para otra historia... sobretodo la de tiburones. \n\n\n\"No hay nada nuevo bajo el sol\" (La Biblia)\n\nUn detalle. Esta historia es REAL, pero siempre hay un libro que la ha descrito antes. Por eso añado, bibliografía recomendada:\n\n- El ejecutivo al minuto, Ken Blanchard & Spencer Johnson. \n- ¡Bien hecho!, de Ken Blanchard\n- Administración del Rendimiento Humano, de Aubrey Daniels.'