Los Enredos de la Vida
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida a fin de agradar a Aquel que lo tomó por soldado”. 2ª Timoteo 2:4\n\nLas maniobras de combate estaban por comenzar y el soldado no estaba. Lo encontraron sentado en su cucheta, sin atarse los borceguíes, con pelos despeinados y un jueguito de video entre sus pulgares. Al verse en aprietos intentó atarse rápidamente los cordones, pero entremezclo los cordones y al querer pararse para correr, quedó desparramado por el suelo. El informe que el oficial escribió al dejarle fuera del ejército decía “por enredarse en los negocios de los civiles no supo atarse los cordones y cayó de su lugar en el ejército”. ¡En cuantos enredos complejos se meten muchos creyentes y no agradan al que los tomó por soldados!\n\n¡¡Soldados, a predicar!!. Mc 16:15; Ez. 3:18. NO voy a evangelizar, no sé hacerlo, no tengo el don, estoy haciendo otras cosas en la iglesia, no tengo tiempo. Dejar de lado la evangelización es como ver miles de ciegos que pasan al lado nuestro rumbo a un precipicio (que ellos no ven) y en vez de advertirles del peligro nos alegramos que nosotros estamos en el puente de la cruz.... Deja soldado el jueguito mental que te entretiene y ve a anunciar el mensaje de salvación.\n\n¡¡Soldados, a bañarse!! Heb. 12:4; 1ª P. 2:11-12 NO puedo vencer el pecado. Nunca avanzarás en la vida cristiana sin una vida limpia. ¿Por qué hay veces que otros ven nuestras faltas y no las vemos nosotros? Tal vez el espejo de la Palabra de Dios se halle empañado, por nuestra negligencia, y no nos veamos como Dios nos ve. Examínate mi hermano, mírate en el espejo, confiesa tu pecado y arregla tus cuentas con Dios y los hermanos. Estar sucio es algo incómodo y el perfume EXCUSAS sólo entretendrá tu nariz, nunca agradará al Señor. \n\n¡¡Soldados, a congregarse!!. Lc. 22:14-15; Jn. 20:24; Heb. 10:24-25. NO voy a la iglesia. Damare, un niño sudanés, se escapó para ir a una reunión cristiana. Al volver a casa fue acusado de cometer un delito digno de muerte “reunirse con los infieles”. Su amo lo llevó a un campo y clavó sus pies y sus rodillas a una larga tabla. El niño quedó así crucificado, pero fue milagrosamente rescatado por un grupo de cristianos. Damare es un niño crucificado por no faltar a una reunión. Al ser entrevistado dijo: “si Cristo fue crucificado y perdonó, yo también perdonaré”. Su ejemplo vale más que cien devocionales y prédicas. Cuéntame hermano/a luego de leer la experiencia de Damare ¿Qué excusas tienes para no asistir a las reuniones de tu iglesia?\n\n¿Qué informe leerá el Señor en aquél día en que estemos ante Su presencia? Quizá sea el momento de volver a ocupar las filas para pelear en el campo ordenado por nuestro Capitán. ¿Amén?'