Máscara Vs. Cabellera

Recuerdo que hace algunos años, de vez en cuando veía las películas de “Santo contra las momias de Guanajuato” o “Santo contra las mujeres Vampiro” o “Santo contra el doctor Malvado” o algo por el estilo. En realidad la Lucha Libre era algo que de vez en cuando veía en la tele, pero como a mi esposa no le gustan semejantes espectáculos he renunciado a verlas, nunca fui a la arena México, sólo a un congreso. Pero creo que lo que me gustaba de las “luchas” era lo aparatoso de las caídas, los lances y los topes; pero sobre todo, el teatro que hacían los luchadores cuando supuestamente recibían un golpe de su oponente, me daba mucha risa verlos hacer tanto tango y golpear la lona o sacudir las manos o de vez en cuando discutir supuestamente con el “réferi” mientras el contrincante llegaba por atrás (por supuesto del equipo de los rudos) para atacar a uno de los técnicos por la espalda. \n\nSe preguntará ¿Por qué hablo de la Lucha Libre?, pues bien, déjeme explicarle; cada vez que alguien habla conmigo y me dice que tiene una lucha tremenda entre su espíritu y su carne, entre lo que sabe que Dios le pide y lo que la concupiscencia de la carne le demanda, pienso en “Mascara vs. Cabellera”. Aunque para algunos la lucha es verdaderamente feroz, creo que es porque no han comprendido un sencillo principio. Es verdad, no sólo somos espíritu y tampoco pura carne. Pero el problema es que al ser redimidos por la sangre de Cristo, algunos piensan que sólo fueron redimidos espiritualmente y ven a la carne como algo que les estorba, quieren deshacerse de ella, consideran que estarían mejor si no tuvieran que arrastrar con ella. La Biblia es muy clara en hacer una diferencia entre las cosas del espíritu y las cosas de la carne, pero también deja muy en claro que la carne no tiene porqué estorbar. Pablo dice que presentemos nuestros cuerpos como instrumentos de justicia y otro escritor bíblico habla del Espíritu Santo vivificando nuestros cuerpos mortales. ¿Es posible servir al Señor en la carne? ¿Sabía usted que el Apóstol Pablo andaba en la carne? 2ª de Corintios 10:2b-3 dice: \n\n“…algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.\nPues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne”.\n\nHay una diferencia entre andar en la carne y andar según la carne; todos andamos “en” la carne, es decir nos movemos, respiramos, trabajamos, nos acostamos y levantamos “en” la carne, porque es el recipiente que nos contiene mientras estamos en esta tierra. Pero lo que el Apóstol Pablo dice es que no andamos “según” nos dicta la carne; es decir que no la obedecemos en sus concupiscencias. Que no mande sobre nosotros, porque nos corresponde llevarle sujeta a la obediencia a Cristo; y ahora (en Cristo) la carne no es un estorbo, sino un instrumento de Justicia. Porque ¿Como serviré a mi hermano si no tengo manos? ¿Cómo le hablaré del evangelio si no tengo boca? ¿Cómo sería un misionero si no tengo un cuerpo (de carne) que me lleve al campo misionero?\n\nAsí que, mi querido amigo y hermano, la próxima vez que se encuentre en una situación que le parezca familiar a Mascara vs. Cabellera. Piénselo dos veces, no tiene una lucha contra su carne, sino contra lo que la carne le dicta que haga, pero su carne es propiedad de usted mismo, quien ha sido redimido por la sangre de Cristo; así que lleve a su cuerpo (de carne) a ser un instrumento de Justicia para el Señor.'
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