En una gran escuela se inicó un incendio. Como es común en tales casos se produjo una terrible alarma y varios niños precipitándose unos contras otros fueron heridos de gravedad. Pero una niña se quedó sentada en su mesa, muy pálida; de sus ojos brotaban lágrimas, sin embargo, supo estarse quieta, sin proferir un grito. Después que pasó el peligro y el orden fue restablecido, le preguntaron porqué no se había levantado. \n\n“¡Ah, mi padre es bombero y me ha dicho que en tales casos lo mejor que se puede de hacer es quedarse quieto hasta que la puerta esté libre de gentes que se atropellan, o que haya pasado el peligro. Yo he creído sus palabras, y esto es lo que me ha hecho estar quieta”, respondió. \n\nEsta niña supo creer a la palabra de su padre. ¡Ojalá que como ella, nosotros pusiéramos entera confianza en las palabras de nuestro Padre celestial!'