Para Contar de Generación en Generación

Mi nombre es Zorayma –el nombre, mi papá lo sacó de un libro y quiere decir princesa de los mares-, y nací un 16 de abril de 1987 a la 1:50 a.m.; al nacer di mucha alegría y gozo a mi papá, a mi mamá y a mis abuelitos. Todos me esperaban con muchas ansias. Soy la hija menor de la familia Valencia. Mi hermanito se llama Diego. \n\nAntes que sucediera lo que me avergüenzo relatar, vivíamos muy felices, éramos recontra unidos, éramos una familia ejemplar. Nunca nos faltó nada y siempre tuvimos más de lo necesario.\n\nMis papas siempre nos han criado con buenos principios y excelentes bases espirituales. La verdad es que en ese entonces ni siquiera entendía esas palabras. Pero bueno, seguiré contándote mi historia. \n\nMi infancia fue buena, digamos que muy buena, era la niña de los ojos de mamá y papá, me engreían bastante, pero siempre mostraron el amor equitativo que tenían por mi hermano y por mí. En inicial llegué a ser la mejor amiga. En el colegio siempre fui la mejor alumna por obtener todos los años el 1° puesto.\n\nCuando tuve 15 años y estaba en 4to de secundaria, empecé a “malograrme”, todos mis amigos y familiares dijeron que empezó por las malas influencias y juntas, pero lo que ellos no saben, es que la culpa sólo fue mía y de nadie más, fue únicamente mi responsabilidad empezar a fumarme 1 cajetilla diaria –y eso que solamente empecé por simple curiosidad-, empezar a tomar 2 a 3 botellas de cervezas a escondidas en mi cuarto para que papá o mamá no me vieran –y eso que solamente empezó con una probadita-, dejar de estudiar y bajar notablemente mi promedio –definitivamente me puse rebelde y ya me había aburrido y cansado de ser la niña buena, ejemplar y estudiosa que todos conocían-, comer demasiado hasta empacharme para luego introducirme los dedos a la boca y vomitar hasta agotarme –lo hice porque quería ser delgada y era la forma de desahogarme-, bacilonearme con tantos muchachos –eso fue sólo para sentirme que podía dominar a los chicos y tener a cualquiera que yo quería a mis pies-.\n\nAntes de mi caída atroz de aquel peldaño tan alto de donde me ponía la gente que me apreciaba, era una chica atractiva, la cual gustaba a muchas personas, no sólo por mi físico sino por mi educación y respeto a los demás, tenía valores y se notaba que lo que tenía dentro de mí era algo distinto y era lo que me hacía diferente a los demás.\n \nPero, cuando empecé a “cambiar”, me volví una chica que ya no era agradable, me volví irrespetuosa, mal educada, irreverente, desordenada, floja, ociosa, grosera, descortés, apática, desobediente, no estaba aseada, malogré mi imagen y todo el buen concepto que se tenía de mí.\n\nAhora que me pongo a pensar y viéndolo de un nuevo punto de vista, mis papás debieron de sufrir bastante por culpa mía. Ellos no dejaban de llorar, pensar y preguntarse que era lo que no habían hecho bien conmigo. Yo siempre veía que ellos a pesar de la situación oraban mucho y le pedían paciencia y dirección a DIOS. Ellos en mi infancia me hablaron mucho de Él y me llevaban a la iglesia, eso me gustaba, pero no sé lo que me pasó.\n\nSiguiendo con mi historia, cuando terminé 5to de secundaría, tenía la peor reputación que cualquier persona pudiera tener, todos me miraban feo, hablaban mal de mí, me criticaban, me odiaban, me insultaban, etc.\n\nY como yo era de armas tomar y no me gustaba que se metieran conmigo, también les respondía y hasta me peleaba con ellos; si ellos me decían una lisura, yo les tiraba 5 a 10 lisuras, si ellos me hacían algo, yo les hacía una cosa 5 veces peor que aquello. Era mala y no me gustaba que los “perdedores” como yo los llamaba aparentaran ser mejores que yo.\n\nDefinitivamente me sentía asqueada en el lugar donde vivía. Así que un día muy campante, fui burlonamente donde mi papá y le dije de forma mal criada y grosera que me quería ir de la casa y que necesitaba dinero para sobrevivir fuera de la ciudad. Él no quería que haga locuras, pero con el mal genio que me mandaba en ese entonces, nada ni nadie podía sacarme las cosas que se me venían a la mente. Sin embargo, mi papá decidió ceder a mi petición y me dio una suma muy grande de dinero, no por mi malcriadez, sino porque él aún confiaba en mí y sabía que yo podía aprender una gran lección. A pesar de todas las fechorías que yo había hecho y hacía, él y mi mamá me seguían amando como siempre.\n \nDespués de 2 a 3 días del último incidente, decidí realizar y efectuar un lujoso y costoso viaje a un lugar lejano y de mal vivir. Cuando llegué a mi destino, malgasté de una manera absurda mi dinero. Me fui a bares a emborracharme, a clubes clandestinos a divertirme y a pasarla bien, consumí y me inyecté cualquier tipo y de todo tipo de droga. Así fue mi vida durante bastante tiempo hasta que me quedé sin dinero, a partir de ese momento ya no podía fumar, ni embriagarme, ni divertirme, ni nada. Me volví pobre y por consecuencia me quedé sola. Las personas que anduvieron conmigo se fueron con gente que tenían bastante dinero.\n\nA partir de ese momento ya no tenía dinero ni siquiera para comprar un pan. Empecé a robar todo lo que estaba a mi alcance, comencé a prostituirme día y noche. No aguantaba ese tipo de vida, ya no disfrutaba nada, quería morirme, me quería matar o que alguien me mate, quería que la tierra me tragara. Ya no aguantaba nada, me sentía desesperada, ya estaba cansada de ese estilo de vida.\nPor fín y por única vez en mi vida, me puse a pensar que lo que yo hacia no estaba nada bien. Quería retroceder el tiempo y borrar todo lo que había hecho. Comencé a extrañar a mi papá, a mi mamá y a mi hermanito. No quería estar lejos de casa, pero qué podía hacer, ya todo lo había perdido. Ya no me aseaba, ya no tenía donde dormir, comía las sobras de la basura, ya no quería sobrevivir haciendo lo que normalmente hacía, quería regresar a casa, pero ya no podía. No era que me lo habían prohibido sino era la vergüenza que yo sentía de presentar mi cara a las personas que más me habían amado en el mundo: mi familia. No sabes cuánto me arrepentí de todo lo que hice, estaba sucia, no sólo por fuera sino interiormente. Me daba asco yo misma, me daba asco sentirme, me daba asco mirarme, estaba cochina.\n\nDespués de varios días, sin dejar de llorar por el dolor, la vergüenza, el hambre, la soledad, y todo lo que en ese momento te puede dar, decidí regresar a casa, a mi dulce y eterno hogar. No sabía cómo regresar ya que no tenía dinero, perdí la noción del tiempo, la noción del lugar en que me encontraba. Necesitaba a mi familia, la quería cerca de mí. Necesitaba un abrazo, un aliento, un te quiero.\n\nUn día paseándome solitariamente por una calle, escuche a dos hombres hablar acerca de que uno de ellos iba manejar la misma noche un bus con destino a la tierra de mi familia, sin dudar un minuto más, comencé a escuchar su conversación sin que ellos se den cuenta. Esa misma noche me fui a la estación de buses y sin que nadie se dé cuenta, me escondí entre las maletas, maletines y equipaje pesado en la parte inferior del bus. Era una polizonte, no lo podía creer, tenía mi tiempo contado antes de que llegara a mi casa, anhelaba ese momento pero a la misma vez le tenía miedo. No quería llegar, mi piel se me puso de gallina, nadie de ustedes se hubiese podido imaginar como me sentía.\n\nA los tres días siguientes, el carro paró muy temprano, ya habíamos llegado. Se acercaba lo peor, ahora no sabía como bajar de ese lugar del bus sin que nadie se dé cuenta ni mucho menos que me viera. Después de 5 minutos aproximadamente baje rápidamente de aquel lugar oscuro y mal oliente. Nadie, pero nadie me vió bajar de aquel lugar. Eso definitivamente fue un milagro para mí, aquello, para los ojos humanos era casi imposible.\n\nAl encontrarme una cuadra lejos de mi acogedora y anhelada casa, me puse a llorar como una niña de 5 años, no podía parar de llorar, había algo raro en el centro de mi alma, sentía que una bola gigante me llenaba, no sabía que era, sólo lloraba y lloraba.\n\nAl caminar por la cuadra de mi casa tenía los nervios de punta. Al levantar mi cabeza, escuché que alguien gritaba, me asusté, mientras yo tenía mi caminar lento y pesado, esa figura se acercaba más y más a mí, era mi papá, me vió venir desde su ventana y vino a mi alcance, la verdad es que no sé como me reconoció, no le importó como estaba vestida y como estaba desaseada, no le importó nada, sólo me abrazó y me dijo que me amaba. Yo no dejaba de llorar y lo único que le decía era que me perdone y que nunca más lo iba a volver a hacer porque ya había aprendido la lección.\n \nMi papá, mi mamá y mi hermanito estaban felices de volverme a tener cerca. Íbamos a volver a ser la familia de antes. Nadie nos iba a separar.\n\nAl ver tanta alegría y gozo en mi familia sonreí, y fue el momento más precioso que había tenido en esos últimos 4 años. Ya no deseaba recordar por todo lo que pasé. Sólo quería recorrer el futuro. Mi papá decidió organizar una gran celebración en mi nombre.\n\nSe hizo mucha comida, se invitó a mucha gente, se hizo público que ya había regresado. Todo era felicidad para mí. No sabía que me amaban tanto.\n\nA mi hermanito le pareció injusto todo aquello que me estaban haciendo, obviamente no me lo dijo, pero le preguntó a mi papá porque a mí tanto si yo lo había decepcionado portándome tal mal y había mal gastado todo el dinero que me había dado y nunca a él que todos los días de su vida había estado con papá cuidándolo y ayudándolo con sus necesidades. Mi papá le respondió que no lo hacía por celebrar mis malas acciones, sino, lo hacía porque me amaba como a él y porque al no haberme visto, ni haberme podido abrazar en tanto tiempo necesitaba de hacer y organizar algo para mí, para su hija que había sufrido tanto, que se le había perdido y a la cual ya encontró.\n\nDesde aquel día hasta el día de hoy, no ha habido nada más impactante en mi vida que el amor que mi papá me tuvo y me tiene. Nunca podré olvidar por todo lo que pasé, y jamás podré negar que todo lo que hice tuvo un lado bueno, aprendí a pedir perdón y aprendí a amar tanto como nadie en el mundo se puede imaginar.\n'
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