¿Qué Hago para que los jóvenes compartan?
Es muy agradable ver a un grupo de jóvenes que participa de las actividades que se organizan, que tiene estudios muy interesantes e interactivos y que ha creado un ambiente agradable, en donde la mayoría se siente a gusto. Si nuestro grupo de jóvenes cumple con estas características, estamos llegando al objetivo que planteó el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios: \"Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro\" (4:15-16). Sin embargo, no es la única meta que la Palabra de Dios nos desafía a cumplir. ¿Qué tanto comparten su amor y su fe en Jesús los jóvenes de tu grupo? ¿Qué tan frecuente invitan a sus amigos a las reuniones? ¿Piden oración por alguna persona a la cual le están compartiendo?\n\nLa verdad es que hay muchos que los jóvenes de tu grupo pueden compartir, incluso con jóvenes que, aunque cristianos, apenas comienzan a asistir al grupo. Aunque realmente ellos pueden estar creciendo y madurando en varios aspectos de su vida como cristianos, en ocasiones, por descuido o poco enfoque en este aspecto, no comparten amor, atención, tiempo y servicio con otros. Es bien conocido para los cristianos el mandamiento de Jesús, de \"ir y hacer discípulos\" (Mateo 28:19). Sabemos que es un mandamiento no únicamente para los líderes, sino para todos aquellos que hemos experimentado la fe y el amor de Dios.\n\n
¿Qué puedes hacer para trasmitir esta enseñanza a los jóvenes?
- Realiza actividades, a través de las cuales, cada uno de los jóvenes tenga una responsabilidad. Si es un convivió, que algunos se encarguen de recibir a cada uno de los jóvenes que asistan, otros de preparar la comida, otros de servir, algunos más que dirijan juegos, etc. A excepción de los jóvenes que son invitados, que todos los demás cumplan con una tarea. Así aprenderán a estar dispuestos a servir a los demás, cada vez que se lleva a cabo una actividad.
- Dedica un tiempo en la reunión para saludar a los jóvenes que son invitados, incluso para que se saluden unos a otros. Aunque lo ideal sería que de manera espontánea los jóvenes de tu grupo platicaran y convivieran sin excluir a nadie, trata de tener en cada reunión o actividad dos o tres jóvenes que tengan la responsabilidad de acercar a los que no están participando. Puede ser que algunos jóvenes tengan meses o incluso años asistiendo y aún no se sienten integrados al grupo. La idea es que los jóvenes se sientan comprometidos a poner atención por los demás.
- Planea actividades de evangelismo para compartir con jóvenes en la cárcel, sectores marginados, universidades, etc. Pueden realizar dramas, obsequiarles ropa u otros artículos personales, organizar torneos deportivos... lo importante es que los jóvenes de tu grupo tengan la oportunidad de compartir y mostrar a otros jóvenes el amor de Dios. De esta manera, se sentirán motivados a hacerlo también de manera personal, con sus amigos, compañeros, familiares y todos aquellos con quienes se relacionan.
