Trabajar Para los jóvenes vs. Trabajar Con los Jóvenes
Existe una pequeña, pero gran, diferencia en \"Trabajar para los jóvenes\" y \"Trabajar con los jóvenes\" \nPoco a poco la iglesia está tomando en serio la pastoral infantil y la juvenil y por qué no... si casi la mitad de los habitantes del continente americano son adolescentes.\nMuchas iglesias han dispuesto esfuerzos desde hace tiempo para hacer algo con estas \"personillas\", y ante este desafío se ha formado lo que llamamos la pastoral juvenil que es un espacio en el cual se siguen ciertos objetivos específicos de carácter formativo. En mi experiencia de conocer ministerios juveniles de casi todo mi país, Chile, puedo resumir estos objetivos en los siguientes:\n\nAcompañarles en su proceso de madurez, fortalecerles espiritual y éticamente, anunciarles el amor de Dios, enriquecer sus novedosas formas de celebración (aunque en algunas iglesias ciertas expresiones juveniles aún se ven con mucho recelo), desarrollar una actitud crítica ante los sucesos culturales y políticos, presentarles a Jesús de manera creativa y abrirles espacios de participación en la iglesia\n\nEl fin de estos objetivos en el trabajo de la pastoral juvenil tradicional como ya dijimos es formativa, pero, muchas veces, formativa en virtud de lo que la iglesia espera que sean lo chicos. Esta meta se logra cuando nuestros jóvenes llegan a ser “cristianos evangélicos responsables” y comprometidos con su congregación. Para algunos sectores radicales, mientras menos se demora el joven en terminar esa inestable y virulenta etapa de peregrinaje por su limbo personal, mucho mejor, es que al parecer, el trabajo con jóvenes en la iglesia es como la barrera de contención, para que esta avalancha puber-hormoni-asquerosa no haga estragos en la congregación. Por eso a menudo al llegar los muchachos a constituir una familia o si salen de la universidad o ya están trabajando, se retiran del grupo juvenil, pues ya pasó la etapa de formación y ahora pueden estar preparados para asumir otras labores en la iglesia que son mas serias.\n\nMi crítica frente a este modelo es que la pastoral juvenil tradicional no ha llegado a ser todo lo que debiera ser, porque en repetidas ocasiones se ha pasado por alto el primer y gran criterio para orientar nuestras acciones pastorales, que es la VIDA DE LOS JÓVENES, esto quiere decir, no tenerlos únicamente como objetos de nuestra formación y en cambio tomar el desafío de considerarlos sujetos constructores de su propia identidad, asumiendo nuestra labor como facilitadores de su andar y no (como he visto en muchas partes) tomar “por ellos” el volante de sus vidas y tratar de andar el camino que a ellos les corresponde andar. En este modelo de trabajo que también defino como \"trabajar para los jóvenes\", se establecen objetivos y criterios que comienzan desde el mundo adulto “para” este sector al otro lado del abismo, que es la juventud. Este mundo adulto se auto-define siempre como formador y estable, en cambio el mundo juvenil (o mejor dicho, los mundos juveniles) se conciben como deficientes e inestables. Como botón de muestra, es muy interesante asistir a una reunión de jóvenes y darse cuenta que todo lo que se hace es una “fotocopia” del culto del domingo, eso da a entender cuan arraigado está el referente formador del mundo adulto, pues es desde ahí que se establece el cómo debe ser la liturgia y el formato de un culto. También en este modelo se tiende a concebir este trabajo como un desafío a \"entretenerlos\" o a “meterlos en un monasterio” hasta que pasen la pubertad y al llegar a la edad adulta: ¡Victoriosos y aún con la Biblia bajo el brazo! Y ... una linda corbata. Se ha logrado el objetivo y ahora se les puede ver como verdaderos cristianos (porque primeramente se pasa la prueba de la estética, cuando el joven deja de vestirse como joven y pasa ha vestirse como “evangélico”) y lo segundo es que se convierten en adultos cuando ya pueden diezmar con normalidad, pues lo importante en este discurso es que ser MADURO es el ingreso pleno al mundo laboral y por ende a tener mayores posibilidades de aporte económico a la Iglesia (y al consumismo).\n\n\"Trabajar para los jóvenes\" es mirarles desde la distancia, imponiendo qué tipo de vocabulario debe tener el joven, qué tipo de vestuario, qué tipo de vocación, qué tipo de entretenimiento, qué tipo de “espiritualidad” (que casi siempre se vive intra eclesialmente y no fuera de la iglesia). Los discursos favoritos que se dan en este esquema son: \"te lo digo por mi experiencia... miren muchachitos, ustedes recién van y yo ya vengo de vuelta... te lo dije y no me hiciste caso... Yo llevo ya muchos años en el evangelio y sé muy bien lo que buscan... aquí nunca hemos hecho eso de esa manera\"\n\nEn cambio, “trabajar con los jóvenes” o lo que propongo como una “pastoral juvenil contextual” (cuando me refiero a contextual, es que da cuenta del contexto concreto de vida y de expresión juvenil) es primeramente traspasar la barrera de la visión criminalizadora que se tiene de ellos como agentes de peligro y de expresiones antisociales o anticristianas. Es concebir sus aportes no sólo como utopías o ideales, sino como aportes viables, es también mirar nuestro mundo adulto como deficiente y no sólo como formador, para alimentarse mutuamente con los mundos juveniles y considerarles un rico aporte que nutra nuestras cosmovisiones.\n\n\"Trabajar con los jóvenes\" es desarrollar programas y actividades ya no desde un mundo ajeno a ellos, sino desde sus mundos y desde sus vidas.\nEso no significa que hay que “mesianizar” la juventud como productor de todo lo bueno. NO, simplemente es darle la importancia que se merece. Con mi esposa hemos tenido la experiencia de trabajar con jóvenes, especialmente con adolescentes, donde siempre hay un motivo para desanimarse, cuando a veces parece que ya nuestros consejos no son suficientes y ellos tienden a descarriarse en pos de las ofertas de otros horizontes. Muchas veces derramamos lágrimas y en esos momentos lo mas fácil sería volver a tomar una actitud de formador-autoritarista, manipulando, obligando y dirigiendo sus decisiones personales, pero no, hemos decidido caminar junto a ellos, dando consejos, pero no desde la \"otra vereda de la adultez y de la experiencia\" sino tomando en cuenta la realidad de sus propias sendas. Muchos de estos consejos esperamos que den a luz, si no es así, nuestra actitud es siempre de amor y esperanza.\n\nDios nos da la posibilidad de enriquecer nuestra Iglesia con las diferentes formas de expresión que florecen de la juventud, variedad de matices, colores, sonidos, música, discursos y “olores”. Nos da la posibilidad de mostrar al mundo un ejemplo de integración, donde en nuestras iglesias “no hay judío ni griego, ni joven ni adulto”. Nos da la posibilidad de construirnos el uno al otro, nos da la posibilidad de asumir un rol misionero y salir de nuestros templos “sagrados” y acercarnos a los lugares como las esquinas, casas, canchas de fútbol, patios de comida, centros comunitarios, pubs, conciertos, lugares de recreación, cyber, etc. Y desde ahí compartir la VIDA, intentando ser coherentes en lo que decimos y actuamos. Siendo ejemplos concretos (y no tanto discursos) para luego ver el maravilloso milagro de cómo ellos van construyendo futuro y así con todo su colorido y estallido de música y fiesta, siguen junto a nosotros las pisadas de Aquel joven que durante su vida en la tierra nos enseñó que la utopía de cambiar el mundo ya no es sólo un sueño, sino una realidad. Podemos influir en los jóvenes con una vida comprometida a seguir los pasos de nuestro Señor Jesucristo.\n\n\nLA PALOMA REAL\nNasruddin llegó a ser primer ministro del rey. En cierta ocasión, mientras deambulaba por el palacio vio, por primera vez en su vida, un halcón real.\nHasta entonces Nasruddin jamás había visto semejante clase de “paloma”. De modo que tomó unas tijeras y cortó con ellas las garras, las alas y el pico del halcón.\n“Ahora pareces un pájaro como es debido” –dijo- “Tu cuidador te ha tenido muy descuidado”-.'