Permanezca humilde y obediente, porque la humildad genera obediencia. Humildad de corazón para con Dios. Es decir: “Mi Dios sabe y quiere que haga esto o que me mueva hacia aquello”. La obediencia demuestra un nivel alto de autoridad espiritual, donde Usted en vez de hacer lo que la realidad le empuja, hace lo que Dios dice que haga.'