Un Dios sobrenatural
La vida cristiana es un peregrinaje por la vida en la que al igual que cualquier otra persona nos enfrentamos con diversos tipos de situaciones y circunstancias, muchas de ellas buenas y positivas, pero otras no tan buenas ni positivas, o al menos difíciles. \n\nLos cristianos nos encontramos en medio de circunstancias difíciles normalmente apelamos a Dios por un milagro, para que El intervenga y resuelva nuestra situación favorablemente.\n\nPrecisamente esa es una de las principales bendiciones de ser cristiano, el tener el privilegio de contar con el apoyo y respaldo de Dios, el creador de los cielos y la tierra. Esto nos hace diferentes de todas las demás personas, y nos asegura que nos irá bien en la vida.\n\nCiertamente muchos cristianos reciben sus milagros, comprendiendo “milagro” como aquello que ocurre y que no puede ser explicado por causas naturales, y testifican sobre cómo el poder de Dios les favoreció en medio de la crisis o situación difícil, pero muchos otros no reciben el milagro que han pedido y se sienten defraudados por Dios.\n\nAquí es donde muchos se preguntan ¿qué he hecho para que Dios no me responda como al hermano xx?, su fe se tambalea y se desesperan. Si esta es tu situación, recuerda que Dios no hace acepción de personas, así que Él no se ha olvidado de ti, ni se olvidará, y tampoco es que Dios te está castigando, lo que pasa es que Dios responde de formas diferentes y muchas veces ya ha preparado la solución a tu problema, pero tú no la has visto.\n\nA esto es lo que llamamos la “naturalidad de un Dios sobrenatural”, pues Dios también responde por vías naturales, y el milagro lo hizo antes de que estuviéramos en problemas para que nuestra solución estuviera disponible cuando tuviéramos el problema. \n\nRecordemos que Dios es omnisciente por lo que El conoce de antemano lo que nos sucederá y Él se ocupa por nosotros de antemano.\n\nEl primer milagro de Dios es la creación de todo lo que conocemos y lo que no conocemos, por lo tanto El hizo la naturaleza y sus leyes, así que también la usa para bendecirnos, a veces las interrumpe para bendecirnos, pero no siempre es así.\n\nHace miles de años el mundo se encontraba en medio de una crisis muy grande que afectaba a muchas naciones, tal como hoy en día, y Dios protegió a su pueblo en medio de aquella crisis y proveyó una salida, pero esta vez no lo hizo abriendo el Mar Rojo, o el río Jordán, o enviando maná del cielo, o llenando las vasijas con aceite o los estanques con agua, como sí lo hizo en otras oportunidades, esta vez Dios se adelantó a la crisis y ya había provisto la solución. \n\nEstamos hablando de la famosa historia de las “siete vacas gordas y las siete vacas flacas”, en Génesis 41 vemos como José el hijo de Jacob, interpretó un sueño al Faraón, éste había soñado con siete vacas gordas y las siete vacas flacas, incluso las vacas flacas se comieron a las gordas. \n\nJosé le dijo a Faraón que esto era que Dios le estaba avisando sobre la crisis mundial que vendría después de siete años de bonanza y que debería guardar, ahorrar, las ganancias de los años buenos para cuando vinieran los años malos. \n\nEsta interpretación le valió a José su libertad y el ser nombrado el segundo al mando de todo el imperio de Egipto, para que administrara las riquezas del imperio y así asegurar paz y alimento en la crisis. Cuando leemos este relato nos llama la atención cómo un semita, pasó de ser preso en la cárcel a ser el segundo en el imperio más grande de aquella época, esto se llama favor de Dios y aquí podemos ver cómo desde antes de la crisis ya Dios había hecho un milagro.\n\nPero la mano de Dios estaba detrás de estos acontecimientos, Dios, pues El anticipó la crisis y movió de forma natural los eventos para que cuando hubiera crisis su pueblo no pereciera de hambre, porque ciertamente hubo hambre en muchos países, Gen. 41: 54 dice “Y comenzaron a venir los siete años de hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países de la tierra, más en toda la tierra de Egipto había pan”\n\nEl pueblo de Dios no estaba exento de la crisis, comenzaron a padecer hambre, ellos pudieron haberse quedado “mirándose unos a otros” esperando que ocurriera un milagro, lo que no sabían era que el milagro ya había ocurrido, y que Dios había preparado un medio natural para bendecirlos. \n\nJacob, quien había visto la mano de Dios favorecerle en muchas oportunidades, fue sabio y no se quedó esperando sino que le dijo a sus hijos ¿“Qué hacen allí parados mirándose los unos a los otros? Vayan a Egipto a comprar alimentos” (Gn. 42:1).\n\nEl resto de la historia lo conocemos, en Egipto se encontraron con José y luego vino toda la familia de Jacob a habitar en Egipto en la tierra de Gosén, no padecieron hambre, fueron a comprar alimentos y recibieron mucho más, recibieron tierra y protección, porque cuando Dios nos bendice natural o sobrenaturalmente lo hace en forma sobreabundante.\n\nEl mundo de hoy se encuentra en crisis y los cristianos podemos sentir la crisis, pero a diferencia de las otras personas sabemos que podemos contar con Dios, Él puede hacer un milagro conforme lo necesitamos, pero probablemente el milagro ya fue hecho, pues a Dios la crisis no lo tomó por sorpresa, lo que tenemos que hacer es dejar de estar de “brazos cruzados” esperando que el milagro caiga del cielo y levantarnos diligentemente a buscar la oportunidad que Dios ya proveyó para nosotros y cuando la encontremos veremos que su provisión es más sobreabundante de lo que hemos pedido o esperamos.\n\nDios no permitirá que su pueblo padezca hambre, como dice el Salmo 33: 18-19 “Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor; él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida”.\n\nQue la angustia y la desesperanza no hagan fiesta con nosotros pues Dios proveerá respuesta, la mejor respuesta, Él se interesa por lo que a nosotros nos interesa y tiene el mejor cuidado de nosotros. Él nos cuida en medio de la crisis y no permitirá que pasemos hambre.\n\nPongamos nuestra confianza en Dios porque Él es nuestro socorro y nuestro escudo. (Sal. 33:20.'