Valores Relevantes (parte 2)
Hola queridos líderes de jóvenes, pues seguimos con la segunda parte de este comentario a los valores que caracterizan a Especialidades Juveniles. En la primera parte vimos los 5 primeros valores, ahora veremos los otros 5. Listos o no, ¡ahí les va!\n\n6. Los jóvenes están listos para servir… ahora mismo.\nHe tenido la oportunidad de observar tres tipos de trabajo con jóvenes:\n1.Un ministerio juvenil donde lo juvenil solo era el nombre, ya que estaba plagado de adultos, los mismos que hacían las cosas como mejor les parecía y no daban espacio a los jóvenes ni atendían sus necesidades.\n2.Un ministerio de adolescentes donde se les empoderaba (dar capacidad de decisión y responsabilidad por las mismas) y permitía desarrollar liderazgo.\n3.Un ministerio de jóvenes donde la democracia era el rey y todo el mundo hacía lo que mejor le parecía.\nPues en definitiva, la opción 2 es la mejor. Por mucho tiempo escuché frases como: “todavía hay que esperar”, “es muy joven”, “todo tiene su tiempo”; y es muy cierto que todo tiene un tiempo, la Biblia lo dice, pero para que los jóvenes estén listos para los tiempos de asumir responsabilidades mayores, es necesario darles oportunidades para que vayan experimentando la presión y la responsabilidad del liderazgo. Esto no solo los prepara para asumir roles en la iglesia, los prepara para la vida, para afrontar diversas situaciones y circunstancias. No olvidemos que nuestro rol como líderes de jóvenes no es mandar, sino, educar. Los jóvenes y/o adolescentes, están listos para servir, listos para asumir responsabilidades, y poco a poco crecer en la demanda de las mismas. No hay que olvidar que el mismo Espíritu Santo que opera en el “Líder”, también opera en muchachos de 12 ó 13 años cristianos. Ellos están listos, necesitan oportunidades y mentoreo cercano. No se trata de pensar que porque tienen que servir y aprender se les lanza a la piscina, al contrario, la responsabilidad del líder de jóvenes es meterse a la piscina con ellos, y enseñarles hasta que puedan nadar solos.\n\n7. El silencio y la soledad son esenciales para poder experimentar a Dios.\nEste valor me remonta hasta el pasaje en la Biblia donde el profeta Elías huía de una muerte segura en manos del rey Acab, y va para el desierto. En este lugar, Elías tiene un encuentro con Dios. Lo interesante de este encuentro es que Dios no se manifiesta ni en el terremoto, ni en el viento huracanado, sino, en un silbido apacible y delicado. Esto nos debe llevar a entender que Dios se manifiesta en las cosas sencillas y prácticas de la vida. En el plato de comida que puedes tener, en la ropa que puedes vestir, en la casa donde puedes dormir, en el silencio de tu habitación cuando haces tu devocional, en el versículo bíblico que puedes leer con tranquilidad. Y estas manifestaciones diarias de Dios es necesario transmitirlas a nuestros jóvenes, esto desarrollará en ellos una actitud de agradecimiento y adoración a Dios. Comprenderán que la soledad es una buena herramienta para meditar en las maravillas que Dios hace, que el silencio es un buen método para afinar nuestros oídos a Su voz y obedecerle. No hay que olvidar que aunque a veces no veamos el obrar de Dios y/o no lo sintamos, Él está ahí con nosotros.\n\n8. El viaje de la fe toma su tiempo.\nEs imposible pensar que exista una fábrica de líderes, donde tú metes a una persona como materia prima, y las máquinas se encargan de desarrollar un carácter sólido y hábitos de vida saludables. No existe tal cosa, ni tal máquina. La vida cristiana es un proceso que toma tiempo, y que Dios la diseñó para dar frutos a mediano y largo plazo. Es cierto que en la conversión muchas personas dejan actitudes, hábitos o sentimientos, pero es también cierto que es necesaria la intervención de las manos del Alfarero para ir puliendo nuestra vida y desarrollando liderazgo, el mismo que se desarrolla día a día.\nUna vez logré aprender una frase que aún la conservo como una buena señal de alerta, la frase dice: “el líder que deja de aprender, deja de liderar, el maestro que deja de aprender, deja de enseñar”, espero que te pueda servir como me sirve a mí.\n\n9. El humor facilita el ministerio eficaz.\nTener un humor sano en el ministerio con los jóvenes es esencial. Esto no significa tolerarles lo malo o ser “un joven más”, si eres adulto, pues compórtate como tal, pero ríete con ellos, participa de sus actividades, juega con ellos. Sé firme cuando debas serlo, pero ámalos de manera incondicional y usa tu creatividad para hacer de las actividades de grupo algo relevante. Si te consideras una persona tímida o que no tiene mucha capacidad de crear, pues ten en tu equipo personas con estas habilidades. El ser introvertido no significa que no puedas trabajar con jóvenes, no nos engañemos y pensemos que el que trabaja con jóvenes es el hijo del pastor que tiene el cabello rubio, toca guitarra y tiene la sonrisa perfecta. Pues Dios llama a quien Él quiere, y te usa como eres. Así que si amas a los jóvenes, eso se notará, y la alegría se manifestará de diversas maneras, una de ellas, el humor. Ellos, los jóvenes, valorarán esto, y te amarán y respetarán.\n\n10. El crecimiento espiritual es… espiritual, no matemático.\nVivimos el “boom” de los números y las megas iglesias. Y lamentablemente se mide la capacidad o espiritualidad de un líder por cuantas personas tiene en su célula, grupo, ministerio y/o iglesia. Y olvidamos que el Señor de la iglesia añade a las personas como a Él le place. No podemos medir el crecimiento espiritual de alguien por lo que hace o no hace, por si tiene muchos o pocos. No olvidemos el pasaje en el cual los discípulos regresan a Jesús después de haber salido de comisión y le dicen maravillados que aún los espíritus se les sujetaban. Y Jesús no les dice: “que bien, que espirituales son”; sino que les dice: “no se maravillen porque los espíritus se les sujetan, sino maravíllense de que sus nombres están inscritos en el libro de la vida”. Ahora bien, no significa que un grupo de jóvenes no debe crecer, al contrario, si pasan 4 ó 5 años y en un grupo no hay crecimiento ni renovación entonces hay un problema. Es necesario detener y buscar la raíz del problema que detiene el crecimiento. Muchas veces el problema se encuentra en el carácter del liderazgo y ahí se debe trabajar. Pero no podemos medir crecimiento espiritual de manera numérica, Jesús nunca actuó así. Debemos tener paciencia y cumplir con nuestra responsabilidad de educadores de jóvenes, mentorearlos con eficacia, construir relaciones significativas saludables y esperar que el Señor sea quien dé el crecimiento, como Él mismo lo dice en su Palabra.\n\nBueno queridos líderes, hemos llegado al final de este comentario a los valores de Especialidades Juveniles. Es mi oración a Dios que puedan encontrar en este artículo recursos que les sirvan para potenciar su nivel de liderazgo.\n\nBendiciones extremas.\n'