Los cristianos siempre nos preocupamos de nuestra vida espiritual, del prójimo, de evangelizar, de crecer, de la santidad, de la caridad, etc. Y eso está muy bien, pero, ¿cuántos nos preocupamos del planeta que Dios nos regaló?\nEl presente artículo invita a que de la manera en que nos preocupamos de todas las otras cosas lo hagamos tambien del planeta que Dios nos dio.'