Las Estaciones

Teresa, es una niña de cinco años y vive en una hermosa casa cerca de la playa, se siente feliz allí pues le encanta construir castillos con la arena.\n\nUna mañana llegó su padre a casa muy contento pues le habían dado el contrato de trabajo, que tanto anhelaban, en otro país. La niña se sentía muy contenta ilusionada y ansiosa por conocer su nueva casa. \n\nTranscurrido el tiempo y al llegar a la nueva casa, la niña se maravilló al ver todas las cosas lindas que ésta tenía y sobre todo sus hermosos jardines; estaba ¡feliz! A medida que pasaba el tiempo las diferentes estaciones del año se presentaron; a Teresa le encantó el verano, el otoño, y la primavera, pero cuando llegó el invierno ella comenzó a sentir mucho frío; su madre le compró los mas lindos abrigos, guantes y accesorios para protegerla pero ella no cambiaba su semblante, siempre estaba triste. Una noche su madre la encontró llorando y le preguntó la razón, ella le contestó: “Mami, extraño mucho la playa, quisiera jugar y hacer mis castillos de arena”, la madre le dijo: “Por ahora no es posible mi amor, pero el año que entra iremos a la playa ¿te parece?, ella contestó: “si mami pero yo quiero quedarme allá no quiero estar más aquí”, la mamá le dijo: “mi amor, eso no puede ser, tu papi consiguió un mejor trabajo con el cual todos estamos mejor; todo este tiempo el papi te ha dado hasta tus golosinas ¿verdad?, ven te prepararé un chocolate caliente para abrigarnos ¿quieres?. La niña sonrió y se alegró mucho al sentir el abrazo de su madre.\n \nEs frecuente encontrarnos con casos así, pero no siempre pensamos que lo mismo nos puede suceder en nuestra vida cristiana.\n\nAlgunas veces cuando llegamos a los pies de Cristo nos comportamos como Teresa, nos sentimos contentos, emocionados por nuestro cambio de vida y mantenemos grandes expectativas en todas las maravillosas bendiciones que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros; pero cuando llegan las aflicciones causadas por las dificultades comenzamos a llorar e inclusive extrañar ese tiempo en el que solamente había felicidad y comodidad.\n\nNo estoy diciendo que esté mal el llorar y expresar tu malestar ante las aflicciones ni que las bendiciones del Señor no sean ciertas pues son una hermosa realidad, sino que las aflicciones y bendiciones al igual que las estaciones del año son parte de la vida y del mundo en el que nos encontramos. \n\nNo se en qué estación te encuentres y cual sea la de tu agrado, pero si sé que en algún momento has deseado no pasar por situaciones difíciles y has querido regresar a la calma; pero hoy te animo a no desmayar, a permanecer firme ante las aflicciones, y sobre todo que recuerdes que tu Padre Celestial está en medio de ellas proporcionándote lo necesario para librarte del daño que te puedan causar, porque te ama.\n\n“Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas; le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán” Salmo 34:19-20.'
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