Nacer de Nuevo
1 Juan 3:6-10 (RV95) “Todo aquel que permanece en él, no peca. Todo aquel que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios.” \n\nLa pregunta que toda persona que se considera cristiana debería hacerse no es: ¿Realmente acepte a Cristo? Sino, debería ser esta: ¿He nacido de nuevo? \nLa salvación es obra de Dios y únicamente de él. La justificación y la regeneración no vienen de una decisión de voluntad humana; sino de una obra sobrenatural de Dios mismo: “Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.” (Juan 1:13 DHH) Dios le manda al hombre que se arrepienta y crea, pero la obra de la justificación y la regeneración le pertenecen a él en autoría y ejecución. No puede el hombre justificarse a sí mismo, ni puede el mismo cambiar la naturaleza de su ser. Estas, son obras de Dios que él lleva a cabo a través de su Espíritu Santo. El cristianismo no está formado por un grupo de personas que tomaron la decisión de ser buenos y hacer lo que Jesús dice; mas bien, el cristianismo está formado por aquellos que han nacido de nuevo, habiendo sido engendrados por Dios y ahora son personas totalmente nuevas, que hacen lo que Jesús dice porque el Espíritu que mora en ellos produce este fruto de obediencia de manera natural. \n\nComo cristianos creemos en la justificación. Creemos que nuestros pecados fueron perdonados al haber sido pagado el precio en la muerte de Cristo. El castigo que nosotros merecíamos por nuestro pecado fue cumplido con la muerte de Cristo en la cruz del Calvario, y su justicia, nos fue imputada a nosotros; por lo que Dios nos ve como hombres justos gracias a los méritos de Cristo y no a nuestros propios méritos. ¡Gloria a Dios por su maravillosa misericordia y amor! El creyente es perdonado de todos sus pecados y tiene vida eterna, nada le puede quitar ese privilegio tan hermoso. Ahora bien, muchos hacen preguntas como estas: ¿Qué pasa si el creyente se aleja de Dios y a pesar de haberle aceptado vive el resto de su vida en el mundo? ¿Qué pasa si el que acepto a Cristo continúa pecando? ¿Si ya acepte a Cristo puedo pecar sabiendo que ya tengo el cielo ganado? Oh hermanos, la obra de Dios no termina con la justificación. \n\nJuan 3:3 (RV95) “Jesús le dijo: –Te aseguro que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.”\n \n¿Ha olvidado la Iglesia de hoy en la práctica y en la fe la regeneración? Tendríamos que mirar a nuestras propias vidas primeramente y a nuestra iglesia para poder respondernos a esta pregunta. Pablo nos dice: “Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; han sido hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17 DHH). Hermano, si usted está en Cristo, si usted creyó, usted fue hecho una persona nueva. La Biblia nunca enseña que nosotros solo somos arreglados, o completados, o alguna otra obra no absoluta; la Biblia nos enseña que hemos nacido otra vez. Usted ya no es el mismo, usted volvió a nacer y es una persona totalmente nueva; ya no es el mismo que era antes. Usted necesita creer esto. \n\n1 Juan 3:9 (RV95) “Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” \n\nJuan no está haciendo una exhortación a que si somos cristianos no debemos practicar el pecado. Él está hablando de una imposibilidad arraigada en la naturaleza del cristiano. Aquel que ha sido engendrado por Dios no puede practicar el pecado, es imposible para él permanecer en este estado porque el Espíritu Santo le reprende y le disciplina. Dice la Biblia que Dios nos disciplina como un buen padre corrige a sus hijos.\n\nHebreos 12:5-11 (NVI) “Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.» Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.”\n\nEl cristiano no tiene ya una naturaleza pecaminosa, ya no es esclavo del pecado y puede, con el poder de Dios que mora en él, vencer la tentación y al pecado, como dice (Romanos 6:11-14) “De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia. Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.” \n\nMateo 7:17-20 (RV95) “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que por sus frutos los conoceréis.” \n\nHermano, ninguna criatura puede ir en contra de su naturaleza. Por experiencia propia digo lo siguiente: Hay personas en la Iglesia de Cristo que no han nacido de nuevo y están tratando con todas sus fuerzas de vivir un cristianismo. Por lo general viven en frustración por no poder cumplir los requerimientos que Cristo demanda. Fracasan en su vida de intimidad con Dios, fracasan en sus vidas de oración, no hay un gozo de escuchar la predicación y continuamente están lidiando con pecado en su vida sin ver un cambio radical. Yo experimente eso, y no fue hasta que reconocí que yo no había experimentado un nuevo nacimiento. Yo trataba de vivir el cristianismo, pero no era parte de mi naturaleza porque no había nacido de nuevo. Pero cuando Cristo me transformó, todas las cosas que yo antes me esforzaba por cumplir, comenzaron a brotar de manera natural. Ahora el pecado se ha convertido en aquello que ya no forma parte de mi naturaleza. En Cristo tengo la victoria. \n\nSi usted en un autoexamen, guiado por el Espíritu, reconoce la ausencia de una obra regeneradora de Dios; quiero creer que usted ha comprendido que Dios no espera que usted trate de cambiarse a sí mismo por sus propias fuerzas o por su propia voluntad. La regeneración, el nuevo nacimiento es una obra de Dios y solamente de él. Cuando usted haya nacido de nuevo, y haga un compromiso sincero de obedecer los mandamientos del Señor e imitar a nuestro Señor Jesucristo en todo, su nueva vida brotará de manera natural y empezará a vivir la vida plena que Cristo ganó para usted. \n\nOre a Dios, confiésele sus pecados, arrepiéntase y entréguele su vida. Pídale con todo su corazón que lo haga nacer de nuevo, pídale que lo llene con su Espíritu Santo. Crea que él le perdona y crea que él ha hecho de usted una nueva persona, con un nuevo corazón. Es por la sangre de Cristo que la gracia, el perdón y el poder de Dios pueden cambiar nuestras vidas.'